Cientos de miles de personas participaron ayer en Barcelona en una manifestación independentista con motivo de la Diada, una marcha que contó con el apoyo de la Generalitat y en la que también se reclamó al Estado un pacto fiscal que mejore la financiación catalana.
Los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana de Barcelona cifraron en un millón y medio los asistentes a la protesta, mientras que la Delegación del Gobierno en Cataluña cuantificó la participación en 600.000 personas.
La cabecera de la marcha estuvo liderada por la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y por detrás, a bastante distancia, participó una representación de nueve consellers del ejecutivo catalán y de partidos como ERC e ICV.
Aunque no acudió a la manifestación el presidente de la Generalitat, Artur Mas, también en esta segunda línea figuró su esposa, Helena Rakosnik, el expresidente catalán Jordi Pujol y el alcalde de Barcelona, Xavier Trias.
La vicepresidenta Joana Ortega asistió a la manifestación, así como los consellers Andreu Mas-Colell, Irene Rigau, Boi Ruiz, Josep Lluís Cleries, Ferran Mascarell, Josep Maria Pelegrí, Lluís Recoder y Francesc Xavier Mena. Sólo faltaba Pilar Fernández Bozal y Felip Puig, este último pendiente del dispositivo de seguridad de la manifestación en calidad de conseller de Interior, además del propio Mas, que por la responsabilidad de su cargo optó por no asistir.
"Aquí no se cabe, esto es un éxito aplastante", comentó el secretario general de CDC, Oriol Pujol, mientras que el ex presidente Jordi Pujol destacó el clamor" ciudadano en contra del "expolio" económico que sufre Cataluña.
En la manifestación, que colapsó el centro de Barcelona, se escucharon consignas de "independencia", "Mas lidera o dimite", "español el que no vote", así como un gran número de 'esteladas' (bandera independentista) y, en menor medida, de 'senyeres', la bandera catalana.
La presidenta de la ANC, Carme Forcadell, dijo que la plataforma se vio desbordada porque la manifestación superó las previsiones.
La manifestación puso su punto final con una 'marea' de cartulinas verdes a favor de la independencia, una marcha a la que se sumó, con un vídeo desde Nueva York, el exentrenador del FC Barcelona Pep Guardiola.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, había apelado antes a a la prudencia y defendió la necesidad de que "todo el mundo tenga claro" que el reto en este momento es trabajar "juntos" para crear empleo y crecer.