El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, reconoció ayer que se ha producido un debilitamiento de la economía de la zona del euro y defendió la necesidad del nuevo programa de compra de deuda soberana.
En la rueda de prensa posterior a la reunión del consejo de gobierno, Draghi dijo que "se espera que la actividad económica en la zona del euro siga débil, aunque continua apoyada por nuestra política monetaria".
La confianza de los mercados financieros ha mejorado tras conocerse este programa de compra de bonos (OMTs por sus siglas en inglés), dijo Draghi.
El presidente del BCE fue más cauteloso respecto a las perspectivas de crecimiento que en octubre y apostilló que "el crecimiento va a seguir débil" el próximo año y que "existen riesgos a la baja para el crecimiento".
Previamente el máximo órgano ejecutivo del BCE decidió mantener su tasa de interés rectora en el mínimo histórico del 0,75 por ciento.
Draghi explicó que "el consejo de gobierno no discutió qué va a hacer el próximo año en términos de política monetaria", lo que hace pensar que dejará inalterada su tasa de interés en diciembre y que esperará antes de modificarla.
Los mercados comenzaron a especular el miércoles que el BCE volverá a considerar un nuevo recorte del precio del dinero después de que Draghi dijera que los efectos de la crisis de endeudamiento ya han afectado a Alemania, el motor económico de la región.
Draghi recordó en un discurso que "la debilidad de la economía de la zona del euro hace que los tipos de interés se sitúen en niveles muy bajos. Y la crisis de confianza en algunos de los países de la zona del euro genera flujos de dinero a puertos seguros en Alemania lastrando los tipos de interés aún más".