El líder del Movimiento 5 Estrellas (M5S) italiano, el cómico Beppe Grillo, cerró ayer la puerta a un posible apoyo de investidura al futuro Gobierno de Italia, lo que hace que siga sin disiparse la incertidumbre ante el escenario ingobernable surgido tras las elecciones generales.
Grillo usó uno de sus espacios predilectos para la campaña electoral, Internet, para echar un jarro de agua fría sobre las aspiraciones del líder del centroizquierda y candidato más votado, Pier Luigi Bersani, quien el martes instó al M5S a aclarar si, como tercera fuerza parlamentaria, pretende permitir la gobernabilidad del país.
A través de su perfil en la red social Twitter y en su blog, el líder del M5S, quien se ha negado a pisar un plató de televisión durante la campaña electoral, dio muestras de que los complicados resultados electorales no harán que ceje en su oposición absoluta a los políticos, tampoco al Partido Demócrata (PD) de Bersani.
"El M5S -dijo- no dará ningún voto de confianza (la investidura en Italia) ni al PD ni a otros. Votará en el pleno las leyes que reflejen su programa, sea quien sea quien las proponga".
El cómico no se quedó ahí y publicó en su blog una entrada que titula "Bersani, un muerto que habla", con la que recordó algunos ataques públicos que el líder del centroizquierda le lanzó en la campaña, y en la que pidió su dimisión.
"Bersani es un acosador político. Desde hace días está importunando al M5S con propuestas indecentes, en lugar de dimitir, como en su lugar haría cualquier otro. Ha conseguido incluso perder ganando", indicó el cómico, quien reprochó al PD haber apoyado al Gobierno tecnócrata de Mario Monti y sus -como las calificó- "cerdadas" de austeridad.
La reacción de Bersani a estas palabras no se hizo esperar y solo instantes después de que Grillo publicara esta entrada divulgó un comunicado de prensa con el que le retó a decirle a la cara en el Parlamento todo lo que piensa.
"Lo que Grillo tiene que decirme, incluidos los insultos, lo quiero escuchar en el Parlamento. Y allí, cada uno asumirá sus propias responsabilidades", afirmó Bersani, quien en su primera comparecencia tras las elecciones, anteayer, martes, había apostado por un acuerdo con el M5S y descartó, por el momento, una alianza con Berlusconi.
Una vez asimilados y valorados los resultados electorales, Italia despertaba ayer con la esperanza de que un acuerdo entre Bersani y Grillo pudiera resolver el callejón sin salida en el que parece sumida su política, pero los tonos utilizados por uno y otro hacen pensar que será muy complicado limar asperezas.
A pesar de cerrarse en banda a votar su investidura, Grillo no descartó apoyar las leyes que se propongan al Parlamento tras su estudio una por una, lo que se conoce ya en Italia como el "modelo siciliano", pues esta fórmula de colaboración es la que utiliza el presidente de Sicilia, Rosario Crocetta, con el M5S.
Para llegar a eso, el centroizquierda, en calidad de coalición más votada y dispuesta a ejercer su derecho a formar Gobierno, debería superar un voto de investidura en el Senado, donde cuenta con una mayoría relativa de 123 escaños, a 35 de la absoluta, y lo puede hacer o con pacto o esperando que los "noes" sean menos.
La alternativa a esto es lo que ya se ha bautizado como el "gobiernísimo", es decir, un acuerdo entre el PD y el partido de Berlusconi, el Pueblo de la Libertad (PDL, con 98 escaños en el Senado), como el que ya se daba para sustentar a Monti, para permitir la recuperación económica y evitar nuevas elecciones.