Entre el 40 y 50 por ciento de las mujeres en la Unión Europea son víctimas de propuestas sexuales indeseadas, contacto físico, insinuaciones verbales u otras formas de acoso sexual en su lugar de trabajo, según ha denunciado la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Un porcentaje que se reduce al 30 o 40 por ciento en los países de Asia-Pacífico o del 25 por ciento en Australia.
Con motivo del Día Internacional de la Mujer, la OIT ha advertido de que "el daño que representa esta violencia a las mujeres también tiene costes laborales". En concreto, alerta de un aumento del estrés, la pérdida de la motivación y un incremento del riesgo de accidentes en el trabajo.
En este sentido, concluye que "la violencia y el acoso en el lugar de trabajo constituyen un obstáculo importante para que las mujeres tengan acceso y logren progresar en los mercados laborales y erosiona las condiciones decentes de trabajo".
La directora de la Oficina para la Igualdad de Género de la OIT, Jane Hodges, ha declarado que "el acoso sexual y otras formas de hostigamiento y abuso --físico, verbal o psicológico--, la intimidación, la agresión, el estrés y la violencia relacionados con el trabajo afectan a todas las profesiones y sectores, y tanto a las mujeres como a los hombres".
Sin embargo, Hodges ha insistido en que "no existe ningún tratado internacional en materia de derechos humanos que prohíba de manera explícita la violencia contra las mujeres y la cuestión sigue estando mal definida y comprendida en el marco del derecho internacional relativo a los derechos humanos".