La Knesset (Parlamento) israelí ha aprobado este lunes por la tarde la composición del gobierno propuesto por Benjamin Netanyahu, que comienza de esta forma un tercer mandato al frente del Ejecutivo, en esta ocasión con un abanico de ministros que va desde la ultraderecha al centro pasando por defensores de las colonias en Cisjordania.
El gabinete de Netanyahu, formado por 21 ministros y ocho viceministros, ha obtenido 86 votos a favor y 48 en contra en la Knesset. Tras la votación, los nuevos cargos han tomado juramento, paso previo a la primera reunión del nuevo Gobierno, prevista también para este lunes.
Los resultados de las elecciones de enero llevaron al bloque Likud-Beitenu que encabeza Netanyahu a negociar durante seis semanas con el resto de fuerzas políticas para cerrar una coalición que no estuvo concretada hasta la semana pasada.
Finalmente, el Ejecutivo cuenta con miembros de los partidos Yesh Atid y Hatnuah, así como de Bayit Yehudi (Casa Judía), defensores de los intereses del medio millón de judíos que viven en los asentamientos instalados en Cisjordania. Fuera de este acuerdo han quedado los ultraortodoxos, algo que en más de tres décadas sólo había ocurrido entre 2002 y 2005.
Al presentar a sus ministros ante los diputados, Netanyahu ha declarado que tiene "la mano tendida" hacia los palestinos. El primer ministro ha explicado que, si cuenta con "un socio palestino que desee comenzar de buena fe negociaciones directas", Israel "estará preparado para firmar un compromiso histórico que termine para siempre con el conflicto".
Asentamientos
Sin embargo, la composición de la nueva Administración y el reparto de carteras 'a priori' no favorece el acercamiento entre israelíes y palestinos. El nuevo ministro de Defensa, Moshe Yaalon, ya se ha mostrado contrario a modificar las políticas sobre los asentamientos, sobre los que la Autoridad Palestina quiere que se imponga una moratoria para evitar nuevas construcciones.
Asimismo, el ministro de Vivienda, Uri Ariel, colono y miembro de Bayit Yehudi, avanzó el domingo que la expansión de los asentamientos seguirá "más o menos como se ha venido haciendo hasta ahora".
El conflicto palestino parece haber perdido peso político en Israel frente a otras "grandes amenazas" como Irán. Netanyahu ha reiterado ante el Parlamento que la República Islámica "continúa su carrera para obtener una bomba atómica" y ha advertido de que las autoridades iraníes se están acercando a la "línea roja", como suele describir al nivel de uranio enriquecido necesario para su uso en armamento.