Estambul fue escenario ayer de los choques más duros de los últimos once días entre agentes antidisturbios y manifestantes, cuando la Policía irrumpió en la plaza Taksim, epicentro de la ola de protestas antigubernamentales que sacude al país.
La carga policial más contundente se produjo sobre las 17.30 GMT, después de más de 12 horas de enfrentamientos esporádicos en las zonas periféricas del emblemático recinto, epicentro de las protestas que tienen Turquía en vilo desde hace dos semanas.
Los agentes avanzaron con numerosas salvas de gas pimienta y chorros de agua a presión para dispersar a los miles de ciudadanos que se habían congregado en la plaza tras el fin de la jornada laboral.
Pese a que la carga logró desalojar la plaza, grupos de manifestantes regresaban continuamente y volvían a encararse con los agentes e incluso encendieron una gigantesca hoguera y lanzaron bengalas y fuegos de artificios contra los policías.
a primera hora
La intervención policial comenzó a primera hora de la mañana, cuando los agentes irrumpieron en la plaza por primera vez en 11 días.
Pronto se produjeron choques con manifestantes, que respondieron con adoquines y cócteles molotov a las andanadas de gas pimienta y los chorros de agua a presión de la Policía.
Al mismo tiempo, cientos de ciudadanos defendían la plaza con su presencia, sin emplear métodos violentos, y varios grupos se interpusieron incluso en algunos momentos entre los antidisturbios y los lanzadores de piedras, en un intento de calmar los ánimos.
Pronto circularon por la red rumores que atribuían el lanzamiento de bombas incendiarias a agentes infiltrados, que buscarían así dar a las fuerzas del orden un pretexto para tomar control no sólo de la plaza, sino también del adyacente parque Gezi, donde acampan desde hace once días miles de jóvenes.