El soldado estadounidense Bradley Manning fue condenado ayer en una corte militar a 35 años de prisión y expulsado de las Fuerzas Armadas con deshonor por la filtración de más de 700.000 documentos clasificados a WikiLeaks.
La jueza del caso, la coronel Denise Lind, necesitó algo menos de dos minutos para leer la sentencia, que incluye la salida con deshonor de las Fuerzas Armadas de Manning, quien sirvió como analista de inteligencia en Iraq desde fines de 2009 hasta mayo de 2010, cuando fue detenido.
El joven, que fue declarado culpable a finales del pasado mes de julio de 20 de los 22 cargos de los que le acusaba el gobierno estadounidense, ha esquivado una condena de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional al ser exculpado del grave cargo de "ayuda al enemigo" por las filtraciones.
Además, evita la condena de 90 años fijada como techo máximo por la jueza Lind en esta última fase de sentencia por las varias violaciones de la ley de espionaje, robo de información gubernamental y abuso de su posición en el Ejército.
Manning, que ha pasado más de tres años bajo custodia militar tras su detención, la gran mayoría de ellos a la espera de un juicio que comenzó el pasado 3 de junio, verá reducida su pena por ese tiempo, además de 112 días adicionales en compensación por el régimen de aislamiento y abuso que tuvo en Quantico (Virginia).
Según un experto en justicia militar presente en Fort Meade, si no prospera la vía de apelaciones, Manning deberá cumplir al menos un tercio de su condena en prisión para poder optar a la libertad condicional, previsiblemente en la cárcel militar de Fort Leavenworth (Kansas).
La Fiscalía, que representa al gobierno estadounidense, pidió esta semana que Manning pasara al menos 60 años en una cárcel militar, mientras que la Defensa consideraba que su condena no debía exceder los 25 años, pues es el tiempo en el que los secretos que reveló serán desclasificados.
La condena a Manning pasa ahora automáticamente a consideración de la autoridad militar superior en el juicio, que tiene la potestad de reducir la pena -nunca agravarla-, y posteriormente a un tribunal de apelaciones del Ejército.
Eventualmente, podría ser revisada por el Tribunal de Apelaciones de las Fuerzas Armadas y como última instancia por el Tribunal Supremo.
Manning escuchó la sentencia con la misma serenidad con la que ha enfrentado el resto de juicio, en el que la Fiscalía presentó pruebas de cómo el soldado de 25 años recopiló y cedió a WikiLeaks, con la supuesta ayuda de Julian Assange, fundador de la plataforma, casi medio millón de registros de las guerras de Iraq o Afganistán o más de 250.000 cables diplomáticos.
A la salida del tribunal de Fort Meade (Maryland) un pequeño grupo de simpatizantes de Manning gritó que seguirán luchando por el soldado. En este sentido, ayer se convocaron varias concentraciones en favor de Manning.
Además, el abogado de la defensa, David Coombs, celebrará hoy una rueda de prensa en la que, según fuentes de la red de apoyo al soldado, pedirá clemencia y un perdón presidencial de Barack Obama.
La defensa considera que Manning, que tenía 22 años cuando comenzó a filtrar documentos, estaba motivado por la necesidad de denunciar ante la opinión pública crímenes de guerra y abusos que Estados Unidos ha cometido.