El presidente catalán, Artur Mas, afirmó ayer que mantiene su hoja de ruta soberanista con la celebración de una consulta en 2014, para lo que utilizará «todos los mecanismos democráticos y legales» a su alcance, en un momento en el que entiende que Catalunya «ya no confía en el Estado».
El presidente catalán advertió de que las «minorías» no pueden «obstaculizar» el proceso que ha decidido una «mayoría», aunque se debe hacer el camino de manera que tampoco se sientan «excluidas».
Asimismo, el líder de CiU apeló al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a revelar si acepta la consulta, para poder dialogar sobre los mecanismos para hacerla posible.
Mas protagonizó en exclusiva la primera jornada del Debate de Política General, en el que dedicó gran parte de su discurso, de casi dos horas de duración, al capítulo de la reactivación económica, la mejora del empleo y el fortalecimiento del Estado de Bienestar.
Pero Mas dedicó los primeros minutos a defender su proyecto soberanista, que justificó por el agotamiento de las vías usadas durante décadas por el catalanismo para dar con un encaje de Cataluña en España: «A riesgo de equivocarme, les traslado mi percepción: Cataluña siente afecto por España, la quiere, pero ya no confía en el Estado español», ha afirmado.
En el transcurso de su discurso de 68 páginas, Mas, en un tono de voz contenido y monótono y sin sufrir interrupciones del hemiciclo, subrayó que aprovechará «cualquier resquicio de diálogo» con el Gobierno, aunque aún espera que Mariano Rajoy dé «respuesta» a si «el Estado acepta una consulta en Catalunya para conocer la voluntad del pueblo catalán», porque si esto no se acepta, «¿entonces qué se puede negociar?».
Mas confirmó su hoja de ruta: celebrar la consulta en el año 2014, concretar antes del final de 2013 la fecha, el contenido de la consulta y el «marco o marcos legales», bien sea de forma acordada con el Estado «o como mínimo en un marco de tolerancia y, por tanto, en ausencia de conflicto jurídico».
El presidente catalán también apuntó como alternativas «otros instrumentos democráticos y legales», incluida la convocatoria de elecciones, que no ha descartado anticipar antes de que termine la legislatura en 2016, aunque este sería «el último recurso si se pretende silenciar la voz e impedir el voto de los catalanes».
En este contexto, Mas hizo un llamamiento a los partidos a «sumar voluntades» para forjar un proyecto propio para Catalunya y ha señalado que «cualquier estructura política está al servicio del país y no a la inversa». «Si una mayoría del pueblo catalán desea cambiar el estatus político, en forma de Estado, es porque quiere seguir teniendo país y, sobre todo, porque lo quiere mejor», dijo.