El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero dijo ayero que no habrá una secesión de Catalunya y reclamó abrir un diálogo para reformar la Constitución dando paso a un «proceso de reencuentro» a partir de la «redistribución de competencias, de la identidad y singularidad de comunidades» como la catalana.
«Nadie puede hacer algo si no tiene competencias para ello», dijo sobre un eventual referéndum de independencia de Catalunya, a lo que ha añadido: «Veremos si merecerá una reacción jurídica o sólo política. Lo que no puede ser no va a suceder, que es una secesión».
En una entrevista en laSexta recogida por Europa Press, Zapatero se mostró partidario de cambiar la Carta Magna para «hacer una reforma en la redistribución de las competencias, de la identidad y singularidad de comunidades como Catalunya» ya que, según él, «es el terreno en el que podemos volver a entendernos».
Zapatero no quiso profundizar en otras cuestiones de actualidad porque no quiere «participar en la polémica pública ni contribuir a un factor que pueda ser negativo para la economía española». De esta forma, dijo que su «presunción siempre será favorable» a la hora de valorar las políticas impulsadas por el Gobierno de Mariano Rajoy, por haberse tomado «en un marco difícil».
Para Zapatero, la preocupación ahora es que España sea capaz de recuperar aquello que el Estado del Bienestar «se ha dejado por el camino». En su opinión, el país llegó al Estado del Bienestar 40 años más tarde que sus socios y «ha hecho un gran esfuerzo para tener educación universal, y gratuita y un sistema de pensiones que da respuesta incluso a las personas que no han contribuido».
En este sentido, lamentó que con la crisis «se haya producido una limitación» a la hora de poder ir más allá. «Se ha producido un retroceso en el Estado del Bienestar pero no lo suficientemente intenso como para que no acariciemos el compromiso y la idea de que en cuanto salgamos de la crisis recuperemos estos pilares», dijo.
A su juicio, ahora el reto es ver cómo conseguir una economía «que sea lo suficientemente competitiva y a la vez garantizar que no haya un deterioro de las condiciones laborales».
«Tener una economía más competitiva y que esta competitividad no impida la distribución del ingreso y unos salarios mínimos, este es el debate», añadió antes de insistir en que solo hay un camino y es el de «recuperar los grandes consensos sociales entre empresarios, trabajadores y Gobierno».
Zapatero svolvió a admitir que se equivocó cuando no reconoció la crisis.