El temporal que ha azotado el norte de Europa ha causado hasta ahora cinco muertos -tres en Polonia, uno en Suecia y otro en Dinamarca- y dos desaparecidos y varios heridos, además de numerosos daños materiales y un gran caos de transporte en Alemania.
En Polonia, tres personas perdieron la vida la pasada madrugada y otra resultó herida, una de ellas cuando un árbol cayó sobre el vehículo en el que viajaban en Lebork, norte del país.
Dos personas resultaron heridas por el impacto de objetos arrastrados por el fuerte viento en Silesia (suroeste), y otras dos en Wielkopolska (sur) y Masovia (centro).
Mientras, al menos 100.000 usuarios permanecían ayer sin suministro eléctrico en diferentes localidades de la costa polaca.
Los bomberos realizaron hasta ayer alrededor de 1.200 intervenciones en las últimas horas, especialmente en el sur y norte de Polonia, con la región de Pomerania Oriental, a orillas del Báltico, como la más afectada.
Además doce habitantes de la ciudad de Cieszyn, en Silesia, fueron evacuados la pasada madrugada después de que el viento huracanado provocase daños en el gasoducto local, y el derribo del tendido eléctrico causó la muerte de 26 cabezas de ganado en Pomerania Oriental.
Las autoridades polacas han pedido precaución ante los fuertes vientos acompañados de nieve, que podrían alcanzar hasta 140 kilómetros/hora. También se insiste en evitar los espacios abiertos, donde las rachas huracanadas se dejarán sentir con más fuerza, y en no resguardarse bajo árboles, postes o estructuras ligeras como paradas de autobús que pueden ser desplazadas por el viento.
En Dinamarca, una mujer de 72 murió anteayer al volcar por el viento el camión en el que viajaba en Lemvig, en el noroeste del país.
El tráfico ferroviario, que estuvo paralizado en todo el territorio danés desde el jueves por la tarde, se iba reanudando en la mañana de ayer aunque con restricciones por daños en las vías.