El ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha dicho este miércoles que el Gobierno hace un uso restrictivo del indulto, que aplica exclusivamente a asuntos que no tienen nada que ver ni con corrupción, ni con delitos fiscales, ni con violencia de género y que seguirá con ese «ejercicio moderado y limitado» de este derecho.
Rafael Catalá ha contestado de esta forma en el pleno del Congreso al diputado de Compromís Joan Baldoví, que le ha preguntado sobre los indultos y en concreto sobre el que había pedido el expresidente de la Diputación de Castellón y del PP en esta provincia, Carlos Fabra, condenado a cuatro años de prisión por otros tantos delitos contra la Hacienda Pública al defraudar más de 693.000 euros.
El Gobierno denegó el viernes pasado este indulto y precisamente este miércoles Carlos Fabra ha sido citado por la Audiencia de Castellón, que le dará un plazo de cinco días para ingresar en prisión.
Catalá ha explicado que la decisión del Consejo de Ministros del viernes demuestra que los indultos se tramitan, se solicitan, se piden los informes a los tribunales y a la Fiscalía y se resuelven por el Gobierno «en tiempos absolutamente ágiles en comparación a lo que se tardaba anteriormente, que era muchos más».
Ha recordado que desde el 18 de agosto cuando se presentó la solicitud del indulto hasta la resolución por parte del Gobierno ha habido petición de informes y se ha acreditado la máxima agilidad.
El titular de Justicia ha añadido que se ha puesto de manifiesto la actitud coherente de este Gobierno de hacer un uso limitado y restrictivo del derecho de gracia.
Ha recordado que este Ejecutivo concede el 1 por ciento de los indultos que se solicitan y ha puesto como ejemplo que el viernes el Consejo de Ministros denegó más de dos mil, entre ellos el de Carlos Fabra.
«En todo caso, si la justicia ha tardado diez años en resolver este asunto no es responsabilidad del Ministerio de Justicia pues los tribunales funcionan con absoluta independencia y tienen los medios para ello», ha aclarado.
Por su parte, Joan Baldoví ha comentado que «por una simple papeleta que los miembros de Compromís por Onteniente pusieron que decía 'la lotería que siempre toca, con su cara -la de Carlos Fabra-, en seis meses estaban condenados a 3.000 euros, que al final se convirtieron en casi 15.000 con costas, abogados y procuradores».
Joan Baldoví ha apostillado que esta condena se produjo a pesar de que «la Fiscalía Anticorrupción había acreditado que le había tocado la lotería a Carlos Fabra cuatro veces durante cuatro años, un fenómeno absolutamente paranormal».