El fiscal pide tres años de cárcel para el joven neonazi que grabó en su teléfono móvil y difundió en las redes sociales una agresión racista cometida por un amigo, menor de edad, contra un inmigrante asiático en el metro de Barcelona en junio de 2014.
En su escrito de conclusiones provisionales, el fiscal Miguel Ángel Aguilar acusa al joven ultra por un delito contra la integridad moral, otro contra los derechos fundamentales y las libertades públicas en su modalidad de provocación a la discriminación, al odio o a la violencia por motivos xenófobos y racistas, y de una falta de lesiones.
Según el fiscal, el acusado, que tiene una ideología nacionalsocialista, se puso de acuerdo con dos menores de edad -contra los que se sigue un procedimiento paralelo en la jurisdicción de menores- para menoscabar la integridad física y denigrar la dignidad de las personas «por el simple hecho de ser de origen extranjero y el color de su pelo o rasgos físicos».
De esta forma, el 28 de junio de 2014, guiados por un móvil racista y xenófobo, según el fiscal, los tres jóvenes seleccionaron a un pasajero del metro de Barcelona, en la línea 1, al ver sus rasgos asiáticos, ya que era natural de Mongolia, y se repartieron sus funciones para agredirle, jactarse de ello, grabar el episodio y difundirlo en las redes sociales.