La regidora de la CUP en Barcelona Maria Rovira ha denunciado este viernes que el pasado 1 de septiembre fue víctima de una agresión sexual cuando caminaba de noche por una calle del barrio de Gràcia.
Según explica en una carta, Rovira denunció los hechos a la mañana siguiente y ahora lo ha hecho público para «socializar» el debate y evidenciar que las agresiones machistas «no son casos aislados», sino que se enmarcan en «un sistema de dominación y de miedo que se ha generado con relación a las mujeres».
Rovira explica que los hechos pasaron el jueves 1 de septiembre, cerca de la una de la madrugada, cuando volvía andando sola hacia casa desde Gracia, un recorrido que hace a menudo.
Cuando ya llegaba a su casa, un hombre la cogió por el trasero. «No lo sentí, creo que no me vio ni la cara. Yo iba hablando por WhatsApp. Me cogió y me empezó a tocar los genitales. Cuando pienso, me pareció que eran cinco minutos, pero quizás fueron menos. Se me hizo muy largo», dice con entereza.
Explica que primero pensó que era su compañero, pero enseguida lo descarté. «Él estaba en Sabadell. Entonces empecé a gritar y a moverme, pero no había nadie en la calle. Y es extraño, porque normalmente hay ambiente. Hay un restaurante, que aquel día estaba de vacaciones», recuerda. Tras forcejear, el hombre se marchó corriendo.
«Lo seguí, gritándolo e insultándolo, hasta que vi que subía por el paseo de Sant Joan. Yo estaba temblando, estaba en shock. Y entonces pensé: acabas de sufrir una agresión sexual», dice.
Llamó a los Mossos y al poco rato se presentó una pareja de agentes, hombre y mujer, en su casa, a los que describió el aspecto del agresor -«joven, iba vestido con unos vaqueros cortos, camiseta blanca y con una mochila».
No obstante, a Rovira le enervó que los Mossos atribuyeran la agresión a un «comportamiento habitual de hombres que no están bien de la cabeza» pues, a su juicio, detrás de estas agresiones figura «la cultura de la violación y de la cosificación de la mujer».