El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha mostrado este sábado al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, los beneficios que conlleva la política de pactos y acuerdos que está practicando el Ejecutivo del País Vasco frente a su camino de «delirios» y enfrentamiento que asegura no lleva a ninguna parte.
Rajoy ha lanzado este mensaje a Puigdemont desde Bilbao, donde ha presidido la primera jornada de la Escuela Miguel Ángel Blanco organizada por las Nuevas Generaciones del PP en el marco del 20 aniversario del asesinato por ETA del que fuera concejal de este partido en Ermua.
La defensa de su memoria y la de todas las víctimas ha estado presente en la intervención de Rajoy, pero gran parte la ha dedicado analizar la situación en Cataluña un día después de que Puigdemont efectuará una remodelación de su gobierno.
Rajoy ya interpretó ayer esos cambios como una «purga» de los dudosos sobre el referéndum que pretenden celebrar el 1 de octubre, y hoy le ha instado a desconectar de su «delirio» y a conectar con la ley.
Seguir por la misma senda ha advertido de que es «estéril», y frente a esa actitud, ha mostrado a Puigdemont el ejemplo que supone el Gobierno vasco, del que ha elogiado que sea capaz de llegar a acuerdos como los que van a permitir la próxima semana actualizar el cupo hasta 2022 y modificar la ley del concierto con Euskadi.
«Es algo positivo para los vascos y para el conjunto de los españoles. Esta forma de trabajar va unida a las palabras pacto, acuerdo y entendimiento. Es lo democrático -ha añadido- y lo que produce resultados positivos para todos».
Frente a ello, ha señalado que lo que hace el gobierno de la Generalitat es buscar el enfrentamiento.
«Eso es estéril, es antidemocrático, no resuelve nada y no produce ningún beneficio ni efecto positivo para ningún catalán ni para nadie del resto de España», ha señalado el jefe del Gobierno.
Para Rajoy, los independentistas catalanes hablan de desconexión y lo que están haciendo es «desconectarse de la realidad y empezar a ver cómo la sociedad desconecta de su desconexión».
«Yo les invito una vez más a desconectar de los desafíos y a reconectar con voluntad de acuerdo. Les invito a que desconecten de su delirio y a recuperar la conexión con el respeto a la ley, la democracia y el Estado de derecho que están violando de manera ininterrumpida en los últimos tiempos», ha añadido.
Rajoy ha insistido en que el «desafío» secesionista no lleva a ninguna parte y no tiene la más mínima posibilidad de éxito.
Tras advertir de que no hay democracia sin ley porque conduce al «totalitarismo», ha asegurado que frente a la «deriva autoritaria» el Gobierno está y estará orgulloso de cumplir y hacer cumplir la ley.
«Si se deslizan por la peligrosa pendiente de la radicalidad, nosotros responderemos con la razonable fuerza de la ley, la sensatez y la moderación», ha garantizado antes de sentenciar: «Nuestra democracia no va a fallar porque no puede fallar».
En una mesa de debate previa a su intervención, el presidente del PP de Cataluña, Xavier García Albiol, ha acusado al líder del PSOE, Pedro Sánchez, de «dar hasta cierto punto alas a quienes apuestan por la ruptura» en Cataluña con propuestas como la de la reforma de la Constitución.
En vez de esa actitud y de intentar aprovechar el momento para «conseguir votos», le ha pedido responsabilidad y lealtad con los catalanes y con el resto de españoles.
También ha participado en esa mesa el vicesecretario de Política Sectorial del PP, Javier Maroto, quien ha reprochado a la izquierda que plantee «reformas constitucionales que se sabe desde el principio que son fallidas».
Todos los intervinientes han rendido homenaje a la memoria de Miguel Ángel Blanco, y Rajoy ha asegurado que veinte años después de su asesinato, el único final que le queda a ETA y el que le reclama la sociedad es «asumir el daño causado, reconocer que nunca tuvo sentido, pedir perdón a las víctimas y desaparecer».
El jefe del Ejecutivo ha considerado a Miguel Ángel Blanco un símbolo de la lucha por la libertad, ha homenajeado a todas las víctimas y ha defendido su memoria como un valor frente a todo tipo de terrorismo.
Para Rajoy, la respuesta ciudadana al asesinato de Miguel Ángel Blanco con el grito de «¡Basta ya!» fue «el principio del fin de ETA».
Se trató, a su juicio, de «una rebelión cívica a favor de la libertad y la democracia frente a la barbarie, un espontáneo rechazo social que marcó un antes y un después en la lucha contra el terrorismo».
Y esa rebelión cree que sigue siendo la mejor demostración «de la impresionante fuerza que tiene la unidad de los demócratas para hacer frente a los terroristas».