El mayor de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero, ha empezado a las 13.45 horas a prestar declaración como investigado por sedición en relación al asedio a la Guardia Civil durante una operación policial para evitar el referéndum ilegal y por la «inacción» de la Policía catalana el 1-O.
Trapero comparece ahora ante la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela después de que lo haya hecho por videoconferencia desde Barcelona la intendente de los Mossos Teresa Laplana, que ya el pasado 6 de octubre -en la primera citación de los investigados en esta causa- lo hizo también por ese sistema al alegar problemas de salud.
Después de Trapero será el turno de los otros dos investigados por sedición, los líderes de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y de Òmnium Cultural, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, respectivamente.
Antes declaraban ante la juez como testigos la secretaria del Juzgado número 13 de Barcelona que asistió al registro en la Conselleria de Economía en la que se produjo el asedio y que llevó a la letrada de la Administración de Justicia a huir por la azotea, además de dos guardias civiles que se encontraban en ese operativo.
Trapero ha llegado a las 9.26 horas a la Audiencia Nacional y, a diferencia de la primera vez que compareció, este lunes ha optado por presentarse ante la juez vestido de paisano con un traje de chaqueta gris por recomendación de sus abogados, han informado a Efe fuentes de su entorno.
Lo que sí ha repetido son los acompañantes y, al igual que hizo cuando acudió a declarar el 6 de octubre, ha hecho el paseíllo hasta la zona de declaraciones escoltado a ambos lados por el comisario de los Mossos Joan Carles Molinero y el comisario Ferrán López, al que Trapero envió a algunas de las reuniones de coordinación policial de cara al 1-O.
Los cuatro investigados ya comparecieron el pasado día 6 ante Lamela, que investiga el asedio a la Guardia Civil durante los registros policiales del 20 de septiembre y quien les ha vuelto a citar tras recibir un nuevo informe del instituto armado que extiende los hechos al 1-O.
Tanto la juez como la Guardia Civil creen que Sánchez y Cuixart «forman parte de un comité estratégico con unas funciones concretas a ejecutar» para conseguir la independencia de Cataluña e, incluso, les sitúan «en una posición decisoria similar» a la que ostenta la cúpula de la Generalitat, mientras que Trapero sería el brazo ejecutor del plan independentista.