El Gobierno de España ha decidido la expulsión de dos funcionarios diplomáticos de la Embajada de la Federación de Rusia en Madrid en respuesta al envenenamiento del exespía Serguéi Skirpal y su hija con un agente químico.
España se suma así a la decisión de Estados Unidos y otros 14 países de la UE que en las últimas horas han expulsado a representantes diplomáticos rusos de sus respectivas embajadas en protesta por el ataque con el agente nervioso «Novichok» el pasado 4 de marzo en Salisbury (sur de Inglaterra).
Fuentes de Exteriores han precisado que los dos diplomáticos rusos, agregados de la Embajada rusa en Madrid, tienen siete días para abandonar España a partir de esta tarde, cuando la medida ha sido comunicada oficialmente.
Según Exteriores, «desde el principio», el Gobierno ha considerado que el atentado es «un hecho de extrema gravedad que representa una seria amenaza a nuestra seguridad colectiva y al Derecho Internacional».
La decisión de expulsar diplomáticos fue acordada por todos los Estados Miembros de la UE en el pasado Consejo Europeo de 23 de marzo.
La tarde anterior, el ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, mantenía una reunión en Madrid con el director general de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), Ahmet Üzüncü, y el embajador de España ante la OPAQ y futuro director general de la organización, Fernando Arias.
Según informó el Ministerio, en dicha reunión, Dastis insistió en la necesidad de evitar el empleo de armas químicas, y en cualquier caso, que no queden impunes los ataques con este tipo de armas.
Dastis y Üzüncü hablaron sobre el reciente atentado con un agente químico en el Reino Unido y el ministro subrayó la importancia del papel de la OPAQ en la investigación de estos gravísimos hechos.