El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, se ha emocionado hasta romper a llorar en la sesión de control del Congreso cuando ha recibido el aplauso de las víctimas del Billy el Niño, el inspector de la Brigada Político Social Juan Antonio González Pacheco, desde la tribuna de invitados.
Iglesias se ha puesto de pie con el puño en alto para saludar a las víctimas y en varias ocasiones se ha secado las lágrimas con un pañuelo.
«Soy humano y cuando he visto a las víctimas de Billy el Niño (...) hacer el gesto de la victoria y levantar el puño, pues claro que me he emocionado», ha explicado después a los periodistas en los pasillos.
Ha destacado que «esa gente son lo mejor» del país, «se jugó la vida y la libertad y sufrió torturas» y ha denunciado que nunca hayan recibido «ni justicia ni reconocimiento ni ningún tipo de compensación».
«Verles tan valientes levantando el puño en la tribuna, claro que me ha tocado el corazón», ha añadido y ha considerado «una vergüenza para la democracia española que un torturador execrable, como Billy el Niño, recibiera una condecoración oficial y gracias a ella esté cobrando un extra en su pensión».
Para el líder de Podemos, «una democracia nunca puede condecorar a torturadores», por lo cree que la primera medida que debería adoptar un próximo ministro de Interior sería la retirada de la concedida a González Pacheco. Iglesias ha preguntado en la sesión al Gobierno si ha pensado quitar al «torturador Pacheco» la medalla de plata al mérito policial que le concedió el ministro Rodolfo Martín Villa en 1977.
En su respuesta, el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, ha dicho que no se ha valorado esa posibilidad y ha informado de que «nadie lo ha solicitado oficialmente».
Ha recalcado que la medalla fue concedida hace más de cuarenta años y que, además de que no se haya pedido de forma oficial, «no parece que haya tampoco justificación legal».
Una contestación que no ha gustado a Podemos, que la considera una falta de respeto para las víctimas del «torturador Pacheco», ya que defienden que si no ha sido condenado es porque se benefició de la Ley de Amnistía de 1977.
Las palabras de Zoido han provocado especialmente las protestas, con golpes sobre la mesa de su escaño, del diputado Rafael Mayoral, quien ha sido advertido en dos ocasiones por la presidenta del Congreso, Ana Pastor, que le ha llamado al orden.
Varios diputados han explicado después que en ese momento estaban recibiendo insultos desde la bancada popular, una conducta que aseguran ya es habitual entre los diputados del PP. Desde la tribuna de invitados asistían al debate una quincena de víctimas, algunas de las cuales han presentado querella contra González Pacheco, y tres de sus abogados.