El Rey ha advertido este lunes de que es "imprescindible" asegurar una convivencia entre españoles que exige el respeto a la Constitución y el refuerzo de los "profundos vínculos" que les unen, y que es "incompatible con el rencor y el resentimiento", así como con la división y el enfrentamiento.
En su mensaje de Navidad, y sin mencionar en ningún momento a Cataluña de modo expreso, Felipe VI ha subrayado que la convivencia "exige el respeto a nuestra Constitución", que, según ha argumentado, "no es una realidad inerte, sino una realidad viva que ampara, protege y tutela nuestros derechos y libertades".
"Todos los proyectos necesitan unos cimientos sólidos y la España de hoy los tiene, porque están hechos de una voluntad decidida de concordia, de paz y de entendimiento", ha afirmado, antes de continuar: "La convivencia -que siempre es frágil, no lo olvidemos- es el mayor patrimonio que tenemos los españoles".
En este punto, el jefe del Estado ha insistido: la convivencia es "la obra más valiosa de nuestra democracia y el mejor legado que podemos confiar a las generaciones más jóvenes; y, por ello, debemos evitar que se deteriore o se erosione; debemos defenderla, cuidarla, protegerla".
En una alocución de Nochebuena que ha dirigido especialmente a las generaciones más jóvenes, don Felipe ha alertado de que, en una "democracia asentada" como la que se vive en España, "es imprescindible que aseguremos en todo momento nuestra convivencia", una convivencia que "se basa en la consideración y en el respeto a las personas, a las ideas y a los derechos de los demás".
Una convivencia, ha recalcado, "que requiere que cuidemos y reforcemos los profundos vínculos que nos unen y que siempre nos deben unir a todos los españoles, que es incompatible con el rencor y el resentimiento, porque estas actitudes forman parte de nuestra peor historia y no debemos permitir que renazcan".
En definitiva, "una convivencia en la que la superación de los grandes problemas y de las injusticias nunca puede nacer de la división, ni mucho menos del enfrentamiento, sino del acuerdo y de la unión ante los desafíos y las dificultades", ha añadido.
"Ahora debemos valorar con orgullo lo que somos, lo que hemos hecho y confiar en lo que podemos hacer entre todos, alejando el desencanto o el pesimismo", ha reflexionado el Rey, para concluir: "Debemos ser conscientes de la nueva realidad que nos impone el siglo XXI y ser capaces de alcanzar consensos cívicos y sociales que aseguren el gran proyecto de modernización de España".
Don Felipe, convencido de que todos pueden hacer mucho por el bien común "apoyando a quien cumple con su obligación", ha rendido homenaje a la Constitución, en su 40 aniversario, y ha recordado que quienes vivieron la Transición saben bien que si algo definió a aquellos años fue "el valor de trabajar juntos y unidos" por el futuro del país y la voluntad de entenderse y "llegar a acuerdos".
Pese a "estar muy distanciados por sus ideas y sentimientos", a todos les unía el objetivo de "la democracia y la libertad en España", así como el de "definir unas reglas comunes que garantizaran nuestra convivencia", ha señalado el monarca, quien ha instado a que "esos principios no se pierdan ni se olviden, para que las reglas que son de todos sean respetadas por todos".
"Y de esa manera asegurar a los jóvenes, con mayor garantía, nuevas décadas de progreso y avance", unos jóvenes a los que don Felipe ha llamado a hacer partícipes de ese periodo de la Historia que permite entender "por qué y cómo ha avanzado y prosperado tanto" la sociedad española desde entonces.