José María Múgica, hijo del dirigente socialista Fernando Múgica, asesinado por ETA en 1996, ha justificado este viernes su decisión de abandonar el PSOE porque la imagen de la líder del PSE-EE, Idoia Mendia, junto al abertzale Arnaldo Otegi representa «la frontera moral que nunca se puede cruzar».
Múgica envió este miercoles una misiva por correo electrónico, solicitando su baja de la militancia del PSOE, al secretario de Organización de los socialistas en Guipúzcoa, Mikel Durán.
«No en mi nombre, es tan corto, tan sencillo y tan triste como eso. Esa es la imagen que nunca se debe producir, la frontera moral que nunca se puede cruzar», ha explicado en una entrevista en Onda Cero, recogida por Europa Press, añadiendo que Otegi encarna precisamente aquello que hay que combatir por «decencia humana».
Así, ha discrepado de quienes apuestan por normalizar la relación con Otegi para lograr la reconciliación en el País Vasco. «¿La reconciliación con quién? ¿Con quien encarna el terrorismo?», ha respondido.
«Tenemos que acabar aprendiendo, y entendiendo, que no todas las ideas son legítimas, que el odio y las ideas del crimen son ideas que tienen que ser absolutamente combatidas», ha zanjado.
Preguntado por las direcciones políticas de PP, PSOE y Ciudadanos, en relación a posibles pactos con formaciones como la de Santiago Abascal, Múgica ha afirmado estar preocupado por el «rumbo» del país, antes que del de los partidos, ya que «todos los gobiernos pasan», pero hay que ver «el balance que va quedando».
Por su parte otras voces dentro del PSOE han criticado esta estampa. Es el caso, por ejemplo, del presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, quien ha asegurado este viernes que él no se haría una foto con el dirigente abertzale.
«Yo no me hago una foto con Otegi en mi vida vamos», ha asegurado el regidor extremeño.
El lobo con piel de cordero de la Moncloa y sus secuaces ideológicos ya ni se preocupan en esconder sus verdaderas apetencias. Poco a poco vuelve el PSOE histórico, el del golpe de estado del 34 contra la República, el que quiere desmantelar el país para apropiarse para siempre de los despojos.