El presidente del PP, Pablo Casado, ha asegurado en su discurso de clausura de la Convención Nacional de este partido que se compromete a reforzar las medidas de lucha contra la violencia contra las mujeres, con la que el PP mantiene un «compromiso inequívoco», ha dicho, y ha reivindicado la aplicación de la prisión permanente revisable.
«El PSOE y sus aliados quieren que los condenados por asesinatos monstruosos salgan a la calle», ha dicho el presidente del PP en una larga intervención de más de una hora con la que ha cerrado el cónclave 'popular' que empezó el viernes.
Pablo Casado ha dedicado una parte de su discurso a defender el «compromiso» del PP contra la violencia hacia las mujeres y ha puesto así distancia con el discurso de Vox, que quiere derogar este tipo de legislación y a quien no ha mencionado.
Y también ha reivindicado ese compromiso del PP frente a lo que ha llamado «buenismo hipócrita de la izquierda» y «Síndrome de Estocolmo de la progresía». En su opinión, tomarse «en serio» a estas víctimas requiere medidas como la prisión permanente revisable para los autores de los crímenes, que las fuerzas de izquierda rechazan.
A continuación, el líder 'popular' ha reivindicado fortalecer la defensa frente al terrorismo islámico, porque «no ha acabado» y no cabe limitarse «a esperar» el próximo atentado. «Quien venga a inocular odio, que se vaya. Aquí se viene a respetar la ley y a respetar la libertad», ha añadido.
A continuación ha explicado que su propuesta sobre inmigración pasa por que el país tenga fronteras «seguras» y recibir inmigración legal. «Quiero que puedan cruzar nuestras fronteras aquellos que quieran venir legalmente a vivir con nosotros, a trabajar, a respetar nuestras leyes y nuestros modos de vida», ha subrayado.
Y ha acusado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de promover con su política un «efecto llamada» que fortalece a las mafias que trafican con personas.
En este mismo capítulo sobre seguridad, Casado ha reiterado el rechazo del PP al acercamiento de presos de ETA a cárceles del País Vasco y Navarra que está autorizando el Gobierno; si llega a La Moncloa, se ha comprometido a terminar con esta política y a promover la prohibición por ley de los homenajes a etarras.
Pablo Casado ha hecho en su discurso un repaso a las principales propuestas políticas que propone si llega al Gobierno, entre ellas, «consagrar la libertad educativa» para que los padres puedan elegir dónde quieren que estudien sus hijos y para evitar el «adoctrinamiento nacionalista e izquierdista» en las escuelas. «Por ahí no vamos a pasar, tras 30 años fracasados, de ruina, ya está bien», ha dicho.
Otro asunto al que ha hecho referencia es la defensa de las comunidades autónomas, pero para «servir mejor a lo común y no para descomponerlo». Se debe cumplir el pacto autonómico y desarrollarlo, ha dicho, pero en su totalidad, lo que incluye también la solidaridad entre territorios y la igualdad de derechos entre ciudadanos.
«Que nadie nos dé lecciones de autonomismo útil. Podemos permitirnos tanta diferencia territorial como sea compatible con la igualdad de derechos, no más», ha advertido Casado, que ha denunciado los «agravios» entre comunidades en los Presupuestos del Estado para 2019 del Gobierno.
Casado ha afirmado además que es necesario asegurar la sostenibilidad del Estado del bienestar, las pensiones y una política económica que rebaje los impuestos y devuelva más recursos a los ciudadanos frente al Estado y medidas contra el «invierno demográfico».
En este último punto, ha reivindicado medidas de impulso de la natalidad dentro de lo que ha llamado «una cultura de la vida» como seña de identidad.
«El poder político tiene que actuar siempre a favor de la vida; si tiene dudas, tiene que resolverlas a favor de la vida; si faltan recursos, tiene que ponerlos a favor de la vida y si se equivoca, que sea a favor de la vida», ha dicho.
En la última parte del discurso, Pablo Casado ha apostado también por una política exterior «que responda a la magnitud real del país». En este capítulo, ha reclamado especialmente recuperar el vínculo con Iberoamérica y exigir «con firmeza» democracia en Venezuela, Cuba y Nicaragua.
A estos países, ha dicho, España tiene que ir para reivindicar su democratización «en vez de ir a agasajar a dictadores sanguinarios» como, ha dicho, Pedro Sánchez y el ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero.