El exconseller de Territorio de la Generalitat Josep Rull ha declarado este miércoles ante el Tribunal Supremo que tampoco sabía dónde se imprimieron las papeletas para el 1-O ni de dónde salieron las urnas, pero que tenía «la confianza de que aparecerían» porque «la fuerza de la esperanza es extraordinaria».
Después de su compañero de partido, Jordi Turull, Rull es el segundo miembro del Govern de Carles Puigdemont que niega en el juicio del «procés» conocer cómo se adquirieron las urnas para el referéndum, declarado ilegal por el Tribunal Constitucional.
Fue ya el 1-O cuando, según ha explicado, vio por primera vez las urnas, si bien cuatro días antes ya aseguró que la ciudadanía tendría urnas para poder votar y lo hizo porque «estaba convencido» de ello aunque «no sabía dónde se habían construido», «dónde estaban» o quién las encargó.
Rull, que se enfrenta a 16 años de cárcel por rebelión agravada con malversación, ha justificado que lo sabía porque tenía «la confianza profunda» de que las habría: «Tenía la confianza íntima en mi país, en nuestra gente para poder articular finalmente el 1-O y que se pudiese canalizar la expresión democrática».
Preguntado por la Fiscalía sobre si tuvo miedo por esas personas que se encargarían de las urnas y de las papeletas para un referéndum ilegal, Rull ha asegurado que «jamás» se había imaginado que las fuerzas de seguridad del Estado «desplegarían el nivel de violencia que desplegaron» ante «gente pacífica y democrática».
Y cuando la ex fiscal general del Estado y fiscal en la causa Consuelo Madrigal le ha inquirido por las «entre seis y siete millones de papeletas» que se imprimieron en Francia, Rull ha señalado en cierto tono irónico: «Papeletas el 1-O había. Desconozco dónde se imprimieron pero que estaban, estaban».
Ahora que el rey ha dicho que de la democracia ya tal, el resto de españoles, no catalanes, a lo mejor, mejoramos nuestra ortografía y el nivelillo de nuestros mensajes, y empezamos a argumentar. De momento ya tal. Aunque, claro, votar es pecado. Al final juzgarán a esta gente por brujería. Verguenza de país. Españoles sin balcones, en fraternidad con los demócratas europeos.