Pedro Duque, ministro de Ciencia e Innovación del Gobierno de Pedro Sánchez, afronta el reto de sacar la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i) de un estancamiento, sobre todo económico, que prácticamente se ha hecho crónico.
Los datos de los últimos años han evidenciado que España se ha distanciado en materia de I+D+i respecto a la media de la Unión Europea, y a pesar de los ligeros avances que se han registrado durante los últimos ejercicios, el país está todavía en los niveles de inversión anteriores a la crisis económica.
Ministro desde que en junio de 2018 prosperara la moción de censura contra Mariano Rajoy, el titular de Ciencia e Innovación se desprende ahora de las competencias de Universidades, algo que ha sido recibido como una mala noticia tanto por la comunidad científica como por los rectores.
Porque una gran parte de la investigación española se realiza en las universidades y porque desde hace ya muchos años uno de los principales retos de la economía española en general y de la ciencia en particular es conseguir la transferencia de la investigación universitaria a la sociedad para que ese conocimiento científico se convierta en un valor productivo capaz de generar riqueza.
Durante los últimos ejercicios la inversión en Investigación, desarrollo e innovación ha aumentado muy ligeramente, hasta superar los 14.000 millones de euros anuales, pero sigue estancada en el 1,2 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), muy lejos de la media europea.
Los socialistas concurrieron a las elecciones generales con el compromiso de aumentar progresivamente la inversión pública y estimular la participación privada hasta alcanzar, al final de la presente legislatura, que esa inversión ronde el 2 por ciento del PIB.
Entre los retos del Ministerio destaca además la recuperación del personal docente e investigador a través de un plan estratégico de retorno, y para ello el Departamento que dirige Pedro Duque tendría que aumentar la inversión en proyectos de investigación y facilitar la contratación de investigadores a cargo de ellos.
El reto de Duque vuelve a ser el de alcanzar un gran pacto de Estado que implique a las principales formaciones políticas y sectores para aumentar paulatinamente el gasto en I+D+i y reducir la brecha que cada vez distancia más a España de los países que más dinero destinan a la investigación.
Reducir la excesiva burocracia que todavía pesa sobre la ciencia y tratar de conseguir horizontes de estabilidad presupuestaria más largos y ajenos a los vaivenes políticos vuelven a ser los desafíos de este Ministerio, que pretende además potenciar el porcentaje de mujeres que trabajan en el ámbito de la investigación.