Los rebrotes de preocupación de hace dos semanas han ido virando hasta colocar de nuevo el punto de atención en el giro ascendente de la curva y el hilo del discurso epidemiológico en la segunda ola: los contagios se mantienen cercanos al millar, aunque ayer cayeron ligeramente hasta los 922. Ante el incremento de positivos diarios, Cataluña cerró en toda la comunidad el ocio nocturno.
Este incremento sostenido de la transmisión del coronavirus, más allá de la relevancia que tiene la detección de los contagios con un gran despliegue de pruebas diagnósticas, encierra algún dato a tener en cuenta, como es el aumento de casos entre mayores de 65 años, pese a la profusión de positivos entre jóvenes y la predominancia de los asintomáticos.
Aragón fue de nuevo la comunidad más afectada (298), si bien registró un centenar menos de positivos que el día anterior, seguida de Catalunya (133), Madrid (107), Navarra (93) y Andalucía (70), con la vigilancia redoblada en las ciudades de Barcelona y Zaragoza.
Bajan los contagios, pero aumenta, sin embargo, el número de casos con fecha de inicio en los últimos siete días -el dato que miran con más detenimiento los expertos-, que supera los 2.000 (2.076) con 921 en Catalunya, 229 en Madrid, 194 en Aragón, 154 en Navarra y 136 en el País Vasco.
Entre Aragón, Catalunya y Madrid sumaron el 60 % de los nuevos contagios atribuidos a las últimas 24 horas, aunque la comunidad catalana, como ya es habitual, informó en su parte diario de 1.343 casos, que no relaciona con días específicos y que se entiende que corresponden en su mayor parte a jornadas precedentes. El problema estadístico no tiene solución.
Foco de propagación
Tras convertirse en la última semana en uno de los principales focos de propagación de la coCOVID-19, con casos en diversos puntos de España, el ocio nocturno está en el punto de mira de las autoridades sanitarias de todas las autonomías, que han comenzado a suspender o limitar estas actividades de forma sucesiva, como ocurrió con el uso permanente de las mascarillas.
En Catalunya, la Generalitat ordenó el cierre al público de discotecas, salas de baile y salas de fiestas con espectáculo para tratar de frenar la transmisión del coronavirus. También quedaron suspendidas las actividades musicales con pistas de baile o espacios habilitados fuera de los establecimientos.
Madrid anunció que impulsará limitaciones sin llegar a la prohibición, como han hecho ya Galicia y Navarra con los botellones.
Entre clausuras y restricciones, Castilla-La Mancha anunció la próxima aprobación de una normativa para identificar, con DNI y número de teléfono, a quienes acudan a locales de ocio nocturno a partir de la una de la madrugada para facilitar el rastreo.
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