Un total de 142 explotaciones ganaderas de las Illes Balears que producen leche recibirán 1,5 millones de euros en ayudas del Estado para mitigar los efectos de la guerra en Ucrania. El sector lechero es uno de los más afectados por la subida de precios de los piensos, el combustible y la electricidad, entre otros insumos necesarios que han disparado los costes de producción de la leche. Las ayudas del Gobierno estatal beneficiarán a las ganaderías tanto de vacuno como de ovino y caprino, que a partir de este lunes recibirán 1.560.640 euros de la ayuda articulada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación a raíz del estallido de la guerra en Ucrania, uno de los principales proveedores de cereales para hacer pienso para la alimentación animal.
La mayor parte de las ganaderías que recibirán estas ayudas directas son de vacas de leche. Concretamente, las vaquerías de Menorca se repartirán 1.224.669 euros y las de Mallorca, 245.713 euros. Han sido articuladas como una cantidad fija por animal, en función del número de cabezas de cada granja, entre 80 y 210 euros por animal. Esto equivale a unos 13.974 euros de media para las explotaciones de vacas de leche, y de 10.990 euros de media, para las ganaderías de leche en general. En el caso de los productores de leche de oveja, la ayuda es de 15 euros por animal y en el caso de las cabras productoras de leche, de 10 euros por cabeza.
En Mallorca, la llegada de estas ayudas ha sido bien recibida por las organizaciones agrarias, si bien con matices. Joana Mascaró, portavoz de UPA y ganadera, apunta que «son ayudas muy necesarias porque inyectan liquidez a las ganaderías y nos permiten pagar parte del incremento del coste de la alimentación, pero lo que queremos los ganaderos es que nos paguen nuestra leche por encima del coste de producción; si se cumpliera la Ley de la Cadena Alimentaria, no necesitaríamos ayudas».
Por su parte, Joan Simonet, gerente del sindicato ASAJA, señala que « es una noticia positiva, el sector quiere ser rentable, pero cuando ocurren circunstancias ajenas a nosotros, como esta incesante subida de costes o la guerra, son necesarias; sobre todo cuando afectan un producto tan esencial en la cadena alimentaria como es la leche». Cabe recordar que el sector lechero levantó la voz de alarma el año pasado al ver cómo se disparaban los precios de los suministros. Luego la guerra empeoró la situación.