El miedo a Vox ha dado este 19 de junio una victoria histórica al PP en el feudo socialista por antonomasia, Andalucía. La izquierda había apelado al miedo al partido de Santiago Abascal para movilizar a su electorado, aún desencantado por los casos de corrupción del PSOE, y había pedido el voto para evitar que el PP recurriese a la muleta de Vox para mantener el gobierno de la Junta de Andalucía. Sin embargo, esta estrategia no ha funcionado y ha logrado el efecto contrario: que muchos electores de izquierda hayan votado a los populares para evitar que Macarena Olona se convirtiese en la vicepresidenta de los andaluces.
Las encuestas daban como claro ganador al candidato del PP, Juanma Moreno Bonilla, pero se han superado todas las expectativas y ha logrado 58 escaños, tres más de los necesarios de la mayoría absoluta. De este modo, ha pasado de cosechar el peor resultado del PP en Andalucía en los comicios de 2018 a arrasar en las urnas, superando su objetivo de 'hacer un Ayuso' (lograr más votos que toda la izquierda). Moreno Bonilla se convierte así en el barón más poderos del PP, por delante de la madrileña Isabel Díaz Ayuso.
El varapalo para los socialistas es durísimo, ya que Andalucía siempre ha sido de color rojo; el PSOE ha gobernado durante 37 años consecutivos. En 2019, un pacto entre el PP y Ciudadanos con el apoyo externo de Vox, los desalojó del palacio de San Telmo (sede de la presidencia de la Junta de Andalucía) y esta era la primera vez que concurrían a unos comicios desde la oposición, sin el poder que da estar en las instituciones.
El secretario general del PSOE y presidente el Gobierno, Pedro Sánchez, aprovechó para acabar con el 'susanismo'. Como se recordará, Susana Díaz se presentó a las primarias contra Sánchez, y pese a que contaba con todo el apoyo del aparato del partido, las perdió. El líder socialista no olvida y aprovechó que la pérdida del gobierno andaluz, aunque había ganado las elecciones, para poner fin al 'susanismo'. Sánchez impuso a Juan Espadas, el alcalde de Sevilla para tomar las riendas del partido en la comunidad más poblada de España. Ese era el plan B, porque el A no aceptó la propuesta. Lo que deseaban los socialistas andaluces era que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, volviese a su tierra como candidata, pero ella lo rechazó porque era consciente de las dificultades que entrañaba el reto.
El PP ha logrado quitarse de encima su vinculación con el franquismo; durante sus tres años de gobierno ha demostrado que no se han producido grandes cambios en materias de derechos y la economía ha mejorado. Aunque sigue liderando los índices de paro, el mes pasado fue la región en la que se firmaron más contratos. Moreno Bonilla, un hombre tranquilo y con talante -como reconocen hasta sus adversarios- ha logrado ilusionar a los andaluces, comerse a Ciudadanos y frenar a Vox.
El partido de Santiago Abascal se ha desinflado y, aunque ha logrado dos escaños más que en 2015, se ha quedado muy lejos de su objetivo: entrar en el gobierno de la Junta de Andalucía. Precisamente, el Parlamento andaluz fue el primero en el que logró representación la formación de extrema derecha.
Moreno despeja el camino de Feijóo a la Moncla
El presidente del PP de Andalucía ha despejado este domingo por la noche el camino de Alberto Núñez Feijóo hacia el Palacio de la Moncloa. Aunque se trata de unas elecciones autonómicas y no hay convocadas unas elecciones generales -están previstas para finales de 2023- lo cierto es que podrían suponer un cambio de ciclo. Uno de los motivos que invitan a pensar esto es que Andalucía es la comunidad autónoma más poblada de España, por lo que tiene mucho peso. Por otra, la inflación está haciendo mella de forma directa en el bolsillo de los ciudadanos, que notan como el nivel de vida se está encareciendo de forma importante. Los expertos aseguran que la inflación es una de las causas que puede llegar a tumbar gobiernos.
Sánchez y su equipo son conscientes de todo esto, motivo por el que se han esforzado en dejar claro que se trata de unos comicios autonómicos. Sin embargo, a nadie se le escapa el peso de esta región en el conjunto de España, que a su vez era hasta ahora el principal granero de votos de los socialistas. Líderes históricos del PSOE como Felipe González y Alfonso Guerra proceden de allí.