El PSOE está dispuesto a rechazar este martes en el Pleno del Congreso la toma en consideración de la propuesta de Unidas Podemos y los principales aliados parlamentarios del Gobierno para permitir intervenciones en lenguas cooficiales en la Cámara, con la correspondiente traducción simultánea. Se trata de una reforma del Reglamento del Congreso que llega con la firma de Unidas Podemos, ERC, Bildu, Compromís, Junts, PDeCAT, PNV, BNG, Más País y la CUP, y que se debatirá y votará este martes, en la primera sesión plenaria tras las elecciones andaluzas. Dado que el PP, Vox y Ciudadanos son contrarios a generalizar el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso, el voto del PSOE será determinante para el futuro de la iniciativa y, según indicaron a Europa Press fuentes socialistas, la intención es votar en contra de su tramitación.
El PSOE ha venido descartando el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso alegando que el castellano es el único idioma reconocido en todo el Estado y la lengua común de todos los españoles. Desde la época del socialista Manuel Marín, lo que se permite en el Pleno es pronunciar citas o frases en lenguas cooficiales, facilitando la correspondiente traducción a los servicios de taquigrafía. Los socialistas remiten el uso de las lenguas cooficiales al Senado, por ser la Cámara de representación territorial. En la Cámara Alta el uso de estas lenguas está permitido para los debates de mociones en el pleno y recientemente se tramitó, con apoyo del PSOE, una propuesta de Junts para universalizar su uso en todos los debates y trámites. La propuesta de Podemos y los socios de investidura es que el Congreso continúe "la senda" iniciada por el Senado.
La iniciativa busca modificar el Reglamento del Congreso para que, en su artículo 6, se reconozca el derecho a intervenir en sesiones parlamentarias en catalán, gallego o euskera, así como presentar los distintos escritos en las lenguas cooficiales. Además, proponen una nueva disposición adicional para garantizar los servicios de traducción simultánea al castellano de las iniciativas que lleguen al registro general y de las distintas comisiones, con la condición de que se publiquen en el Boletín del Congreso al menos en la lengua en la que fueron elaboradas y en castellano. Lo mismo demandan en el caso de las intervenciones orales de los diputados, pautando la traducción simultánea tanto en el Pleno como en las comisiones de la Cámara, además de la publicación en el Diario de Sesiones en el formato original y en castellano. Y para dar tiempo a preparar la aplicación de esta reforma, planifican que la entrada en vigor se aplazaría al siguiente periodo de sesiones al de la aprobación de la propuesta.
Precisamente el uso de las lenguas cooficiales fue lo que frustró en 2005 el intento más avanzado de actualizar el Reglamento del Congreso, que data de 1982 y cuya revisión general habían llegado a pactar PSOE y PP. Al margen de las modificaciones puntuales para adaptar la denominación de sus comisiones parlamentarias a los Ministerios del Gobierno, en esta legislatura el Congreso sólo ha completado esta legislatura una reforma de su reglamento, la destinada a permitir el voto telemático a los diputados que están de viaje oficial.