El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida (PP), ha negado este miércoles que exista «ningún tipo de homofobia institucional» en el Ayuntamiento de Madrid y ha asegurado que no le encontrarán en «polémicas estériles» e «inútiles» que no afectan ni al funcionamiento ni a la celebración del Orgullo de Madrid. Almeida ha respondido así al desencuentro vivido el martes en la presentación de la programación del Orgullo LGTBI en el Museo Thyssen, donde Uge Sangil, presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTBI+) espetó, durante su intervención, que el regidor «no» es el alcalde de toda la ciudadanía de Madrid, en el contexto de la negativa del equipo de Gobierno a colocar la bandera del colectivo en el Palacio de Cibeles.
La frase provocó que los concejales del PP presentes en el acto, José Fernández y Almudena Maíllo, abandonaran la sala donde se estaba llevando a cabo la presentación, mientras que la vicealcaldesa, Begoña Villacís, se quedó para reivindicar el papel del Ejecutivo en la organización y celebración del festejo. En declaraciones a los medios desde la Feria de Madrid, Martínez-Almeida ha asegurado que respeta «todas las opiniones», tanto las positivas como las negativas, pero no comparte el punto de vista de Sangil. Esa discrepancia, ha dicho el primer edil, no le hará entrar en ninguna «guerra de pancartas» porque el Orgullo se va a celebrar «como todos los años en Madrid», en tanto que el Ayuntamiento es el «patrocinador principal» y los servicios públicos están «garantizados» y se van a «reforzar» para el desarrollo de su celebración.
«Entiendo que algunos quieran sacar contrapartidas políticas del Orgullo. Siempre he dicho que es una fiesta de inclusión y que, por tanto, toda exclusión del orgullo no se corresponde con el espíritu, pero no me van a encontrar ni en broncas, ni en polémicas, ni en carrera de banderas ni en guerras de pancartas», ha valorado. Sobre la decisión de Villacís de quedarse en el acto, Martínez-Almeida ha destacado que, de esa forma, se demuestra la presencia institucional del Ayuntamiento en el Orgullo y que, por tanto, la situación «desmiente» que el Consistorio no patrocine el Orgullo.
«En primer lugar, hemos optado por respetar la sentencia del Tribunal Supremo, que dice claramente que no puede ondear ningún tipo de bandera que no sean las oficiales; y en segundo lugar, entendemos que (el Orgullo) está adecuadamente representado con la iluminación del edificio», ha justificado tras ser preguntado por la ausencia de una pancarta en el Palacio de Cibeles para zanjar la polémica. El regidor también ha negado que Vox haya tenido que ver en la decisión de no colocar la enseña en la sede del Ayuntamiento, en tanto que no ha tenido «ninguna comunicación» al respecto con los de Javier Ortega-Smith, y ha resaltado que la izquierda municipal no ha sido capaz de decir que haya habido «ningún solo recorte en políticas LGTBI en el Ayuntamiento, ni uno».