Los desabastecimientos es la principal preocupación en este nuevo paro indefinido de los transportistas. Para ello, el Gobierno está trabajando a contrarreloj para que los supermercados y los locales de restauración puedan ofrecer sus servicios de manera normal. Quieren evitar a toda costa que se repitan las situaciones vividas en marzo. El sector de la distribución ya ha emitido una llamada de atención al Ministerio de Transportes, para evitarlo, cuando hubo desabastecimiento de productos básicos en las baldas de los supermercados.
Para ello, el Ministerio de Transportes está trabajando con el Interior para desplegar a los cuerpos policiales del Estado en las principales plataformas logísticas del país y en los puertos más importantes. Ante toda esta situación, destaca la preocupación de empresas como Mercadona, Carrefour y Al Campo. De hecho, un alto cargo de la empresa francesa, reprochó a Pedro Sánchez el paro de marzo y le pide anticipación en este caso. «Queríamos pedirle que se anticipe», reclama, y «que no se ponga en riesgo la cadena de aprovisionamiento». Además, la situación es límite al ser cercana a fechas importantes como el BlackFriday y la Navidad. Sin embargo, a los trabajadores de los supermercados les preocupa más el día a día y esperan no ver las estanterías vacías.
Otro punto en el que se trabaja, es el posible bloqueo de los carabineros a los que intenten llevar la mercancía a su lugar de destino. Esto sucedió en marzo y la expectativa es de que vuelva a ocurrir. Para ello, el Gobierno ha identificado los puntos más importantes para poder enviar a los agentes e intentar asentar la normalidad en lugares como MercaMadrid o el puerto de Barcelona. Desde el Gobierno, Raquel Sánchez, ministra de Transportes pide que, a pesar de no entender la huelga, sea de carácter pacífico. «Esperamos que se dejen trabajar a aquellos que quieran hacerlo», ha explicado.