La futura Ley de Cooperación Internacional para el Desarrollo Sostenible por la que se prevé destinar el 0,7% de la Renta Nacional Bruta (RNB) a Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) en el horizonte 2030 ha recibido este miércoles el respaldo mayoritario del Senado. A falta de que se conozca el resultado de la votación, todos los grupos parlamentarios con representación en la Cámara Alta ya han adelantado en el debate su voto favorable, con la única excepción de Vox.
Los 'populares' se habían abstenido en la votación en el Congreso y no habían querido desvelar el sentido de su voto antes del debate en el Pleno de la Cámara Alta. También ha modificado su postura Junts, que finalmente votará a favor tras los cambios introducidos al texto durante su trámite en el Senado. Como ya ocurriera en el Congreso, el único partido que ha votado en contra ha sido Vox, que ha visto como su enmienda a la totalidad contra la nueva ley, que considera «ideologizada» y «carente de contenido» además de poner en tela de juicio la soberanía nacional, era rechazada por el Pleno.
El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, ha agradecido el respaldo mayoritario de los grupos parlamentarios, incidiendo en que el Gobierno ha tendido la mano «desde el primer minuto» para sacar adelante una norma que es «una ley de todos», no del Ejecutivo, y que era reclamada por el sector de la cooperación desde hace tiempo. «La cooperacion es una política de Estado» y por eso el Gobierno tenía claro que «esta era una ley de Estado y había que hacer el esfuerzo de sumar a todos», ha insistido, felicitándose particularmente al PP que haya «reconsiderado su posición» respecto al Congreso.
Aunque el PP ha dado su respaldo a la ley, su portavoz, Alberto Fabra, no ha dudado en criticar al Gobierno por el modo en que se ha tramitado el texto, comparando con cómo lo hizo su partido cuando se aprobó la actual Ley de Cooperación Internacional de 1998. Fabra ha asegurado que el PP considera la cooperación al desarrollo una «política de Estado» y por ello cuando se tramitó la anterior ley «supo escuchar al sector, los distintos actores, y negociar la ley con el PSOE y el resto de grupos».
Ahora, ha afirmado el portavoz 'popular', el PSOE «también ha escuchado al sector, a los distintos actores, negociado con otros grupos parlamentarios y al final con el PP». «El orden de los factores sí que es muy importante, porque hacerlo así les hace asumir planteamientos de difícil justificación», ha lamentado. «La diferencia del PSOE de entonces y el de ahora» es que en 1998 «tenía sentido de Estado y el PSOE que tenemos es el partido sanchista obediente español, sentado en el Estado y no con sentido de Estado, por eso es complicado llegar a acuerdo, no le importa hacer lo contrario a lo que se comprometieron hacer en el Gobierno», ha afeado, adelantando que pese a todo el PP votaría a favor. Albares ha salido al paso de este «momento de debilidad y desliz», reivindicando que esta «no es la ley del Gobierno sanchista es la ley del Gobierno de España presidido por el presidente Sánchez» y esgrimiendo que por ello «hasta el último momento se ha hecho el esfuerzo de sumar» a todos los grupos parlamentarios.
Con todo, tanto el ministro como los dos portavoces del PSOE que han intervenido en el debate han tenio palabras de elogio para el papel desempeñado por Fabra al haber conseguido que el PP pase de la abstención al voto favorable en el contexto actual. Así, María Montserrat Muro se ha referido a la «situación incómoda» para el senador para convencer a su grupo cuando el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, «ha decidido negarle el pan y la sal al presidente Sánchez en todo lo que presente».