El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha situado hoy en la ultraderecha a los que se oponen a las políticas sociales de su Gobierno y ha advertido que cuando éstos no consiguen «bloquear esos avances por vías democráticas, porque la ciudadanía les da la espalda, lo que hacen es oponerse a la democracia y recurrir al asalto de las instituciones democráticas».
Así lo ha dicho durante su intervención en la inauguración de las jornadas confederales de acción sindical de UGT, en la sede del sindicato en Madrid. Allí, tras recordar el papel de los sindicatos en combatir la dictadura franquista y la contribución de los trabajadores en lograr la democracia, se ha referido a lo ocurrido en Brasil el pasado domingo, cuando un nutrido grupo de seguidores de Bolsonaro asaltaron el Parlamento de este país. «Miremos lo ocurrido en Brasil», ha señalado Pedro Sánchez para recordar que «dos días después» de que el Partido de los Trabajadores ganara las elecciones en Brasil «se produce una intentona golpista de la mano de la ultraderecha», que recuerda, ha apuntado a lo ocurrido con el asalto al Congreso de EEUU.
Así, ha relatado que comenzaron «con mentiras, tachando de ilegítimo al Gobierno democrático elegido por los brasileños en este caso, se continúa con una escalada de violencia verbal, de insulto, de crispación y de intento de polarización y se acaba en el asalto a las instituciones democráticas». Precisamente por eso Pedro Sánchez considera que el partido de Lula da Silva, el Partido del Trabajo, «es la única barrera que frena al fascismo en su conquista por el poder».
Dicho esto y ya situándose en España, ha retado a utilizar «un método que no falla» para reconocer a un ultraderechista. Se trata, ha dicho, de lo que «siempre se oponen a cualquier avance social». Como tales ha citado la oposición ejercida en España contra las política de su Gobierno. Según Sánchez, un ultraderechista es el que se opone a la subida del SMI; a la subida de las pensiones; a reducir la precariedad laboral; se opone al IMV diciendo que es una paguita; se opone a la fiscalidad justa; se opone a las políticas de igualdad entre hombres y mujeres y niega la evidencia científica de que estamos ante una emergencia climática. «Cuando no consigue bloquear esos avances por vías democráticas, porque la ciudadanía les da la espalda, lo que hacen es oponerse a la democracia y recurrir al asalto de las instituciones democráticas», ha precisado el jefe del Ejecutivo sin mencionar explícitamente a ningún partido en concreto.
Sánchez ha subrayado que en año «tan electoral» que da comienzo el Gobierno va a seguir la misma línea de los «últimos tres años» y va a seguir «dignificando» las pensiones, aumentando el salario mínimo y «seguir protegiendo a la gente de a pie». A su juicio este es un año «crucial» para España en el que los ciudadanos van a tener que elegir entre dos alterativas. Por un lado la de su Gobierno que, según ha defendido, protege el empleo y las rentas de las familias y pone «todas las herramientas del Estado» para este fin y por el otro, un modelo «anclado en defender el interés de algunos poderosos», en referencia al PP, que pretende utilizar las mismas recetas que durante la anterior crisis financiera del «sálvese quien pueda cuando vienen mal dadas», según lo ha definido.
En este sentido Sánchez ha hecho hincapié en la situación del país hace una década, en enero de 2013, en plena crisis y con un gobierno del PP en La Moncloa y lo ha contrapuesto con el momento actual, en el que hay una mejor situación económica.