El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha apelado este viernes a los valores de la unidad y la tolerancia por parte de la sociedad española tras el atentado de Algeciras (Cádiz) en el que un joven marroquí asesinó al sacristán de una iglesia e hirió a otras cuatro personas Sánchez se ha referido a ese atentado en una declaración tras visitar en el puerto de Las Palmas de Gran Canaria la base logística del Programa Mundial de Alimentos de la ONU acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y la ministra de Sanidad, Carolina Darias.
El jefe del Ejecutivo ha iniciado su intervención reiterando sus condolencias a la familia del sacristán asesinado, Diego Valencia, y sus deseos de una pronta recuperación de los heridos. A renglón seguido ha afirmado que la sociedad española rechaza «con total rotundidad el fanatismo, el odio y la violencia». «España, si es algo, es lo que hoy estamos representando, un país abierto, tolerante, cuyos principios están perfectamente recogidos en nuestra Constitución», ha añadido.
No se ha referido explícitamente en ningún momento a la polémica provocada por las palabras del líder del PP, Alberto Nuñez Feijóo, tras ese atentado, en las que dijo que «hace muchos siglos» que no se ve a un cristiano matar en nombre de su religión o sus creencias, aunque «hay otros pueblos que tienen algunos ciudadanos que sí lo hacen». Pero sí ha insistido el presidente del Gobierno en la necesidad de la tolerancia. «Cualquier agresión va a contar siempre con la misma respuesta por parte de la sociedad española, que no es otra que la del rechazo a esa violencia, la unidad, la tolerancia y nuestra alineación total y rotunda con los valores que se enmarcan en nuestra Constitución», ha añadido.
Además, ha reconocido la labor de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y de todos los que garantizan cada día y a todos los niveles la seguridad de los españoles. Las palabras de Feijóo fueron reprochadas por dirigentes del PSOE al considerar que lo que hace el líder del PP con ellas es «crispar» y poner en peligro la convivencia en España, mientras que desde Unidas Podemos se le llegó a tildar de «miserable». Posteriormente, el presidente del PP precisó que hay que diferenciar el fanatismo de la religión, pero insistió en que «con carácter general no hay un problema de terrorismo católico en el mundo» y «sin embargo sí hay un problema de integrismo islámico en algunos lugares del mundo».