Cuatro hombres han asegurado este sábado, en declaraciones a Catalunya Ràdio y TV3 recogidas este sábado por Europa Press, que fueron víctimas de presuntos abusos sexuales por parte de un cura (ya fallecido) durante 1960 y 1970, cuando eran menores, en Barcelona y en Caldes d'Estrac (Barcelona). Según ha avanzado El País en un reportaje que recoge el testimonio de ocho hombres, las víctimas han comunicado al Defensor del Pueblo que un sacerdote fallecido en 2004 cometió abusos en Barcelona tres décadas y fue encubierto durante tres décadas, durante las cuales pasó por varias parroquias.
Una de las víctimas, Leopoldo Lluch, ha explicado que Vendrell ejerció «su actividad depredadora con total y absoluta conformidad» por parte de los padres, de quienes se ganaba su confianza y amistad, y que ahora las víctimas piden que la Iglesia reconozca los hechos. Otra de las víctimas, Lluís Boiria, ha relatado que amigos suyos de la época «fueron abusados sexualmente y violados, desde los 8 hasta los 12 años, dos veces por semana».
Este mismo testimonio ha recordado que Vendrell les decía: «Si no viernes, te vendré a buscar a casa y será tu palabra contra la mía, y nadie te creerá». Una tercera víctima, Lluís Grau, también ha remarcado que «ninguno de los padres dijo nada», y un cuarto testimonio, Raúl Costa, ha explicado lo mantuvo en secreto hasta hace un mes y que para muchos de sus compañeros estos abusos fueron muy traumáticos.
Según 'El País', el cura, fallecido en 2004 con 70 años, abusó de más víctimas «que prefieren no hablar con la prensa y lo han denunciado al Defensor del Pueblo, al menos siete más». Según indica 'El País' y han explicado fuentes Defensor del Pueblo a Europa Press, el servicio de atención a las víctimas de abusos sexuales en la Iglesia Católica del órgano se ha desplazado a Barcelona en dos ocasiones y se han reunido con unas 25 víctimas, aunque estas fuentes no han especificado a Europa Press si son relativas a este caso concreto.
Según el reportaje de 'El País', el presunto abusador fue párroco en la parroquia de Santo Tomás de Aquino de Barcelona de 1965 a 1970, y director de un colegio e internado de Caldes, además de párroco de la iglesia de Santa María y responsable del grupo scout, de 1970 a 1975. En estos años, fue trasladado al menos dos veces: en 1970, de Barcelona a Caldes d'Estrac, y en 1975, de este municipio a Montcada i Reixac (Barcelona), y «en ambos casos a raíz de escándalos por denuncias de abusos de algunas familias, según el relato de los afectados». También según 'El País', el Arzobispado de Barcelona no ha abierto ninguna investigación y alega que no puede hacerlo «si las posibles víctimas no acuden a denunciar al Obispado».
En un comunicado, el Arzobispado ha dicho este mismo sábado que «es imprescindible que el reclamante haga efectiva su denuncia ante una autoridad de la Iglesia o del Estado» para que puedan abrir una investigación. Considera que «admitir una denuncia anónima para provocar una investigación de oficio recordaría otros tiempos superados, como un sistema inquisitorial», y que es esencial proteger la presunción de inocencia. También ha afirmado que, «en el caso de que el denunciado haya fallecido, la acción criminal se ha extinguido tanto civilmente como canónicamente», ante la imposibilidad del acusado de defenderse y ser sancionado.