El Congreso zanja este jueves la implantación definitiva del uso de las lenguas cooficiales en toda la actividad parlamentaria al rechazar previsiblemente con mayoría absoluta las dos enmiendas a la totalidad, del PP y de Vox, que se debatirán en el pleno. Tras haber recibido el aval de 176 diputados, la reforma del Reglamento del Congreso para utilizar el catalán, el euskera y el gallego en toda la Cámara llega a su trámite final pese a las críticas de PP, Vox y UPN.
El pleno empieza a primera hora debatiendo las dos enmiendas a la totalidad con texto alternativo que han presentado PP y Vox y que serán votadas por separado.
Además los diputados tendrán que votar una enmienda parcial que ha registrado el PNV y que persigue dar validez jurídica a las traducciones para que las leyes que se aprueben en la Cámara Baja sean publicadas por el Congreso con carácter de versión auténtica en todas las lenguas oficiales del Estado.
Pero antes se debatirán y votarán las enmiendas a la totalidad. Las dos iniciativas del PP y de Vox persiguen rechazar la reforma del Reglamento pero con distintos argumentos.
La enmienda a la totalidad de Vox, que será la primera que se debata y vote al haber sido registrada antes, pide que los diputados, además de estar obligados a asistir al pleno y a las comisiones de las que forman parte, empleen el español tanto en sus intervenciones orales como en los escritos que presenten.
En otro sentido, los populares destacan más la vulneración de varios artículos de la Constitución porque el Congreso está ubicado en la Comunidad Autónoma de Madrid donde la lengua oficial es el castellano y además como institución del Estado tiene como lengua oficial la del Estado, el castellano.
«La Constitución no ha diseñado un sistema de cooficialidad de todas las lenguas españolas en todo el territorio de España. Al contrario, ha configurado un modelo de oficialidad única del castellano en todo el territorio y de cooficialidad del castellano y la correspondiente lengua oficial en el territorio de la respectiva Comunidad Autónoma», incide el texto de la enmienda.
Por otra parte, los populares también creen que una reforma de calado como es la del Reglamento se debería hacer por consenso y con la tramitación parlamentaria pertinente dentro del marco de la Comisión correspondiente.
Después de la polémica intervención del diputado del PP, Borja Sémper, hablando en euskera en el pleno de la toma en consideración de la proposición, el parlamentario vasco será el encargado de defender el veto de los populares.
Mientras la portavoz del grupo de Vox, Pepa Millán, centrará las críticas en que se trata de un «ataque al principio de la indisoluble unidad de España que establece la Constitución», Sémper lamentará que se haga una modificación por el trámite de urgencia y en lectura única y diferenciará entre la lengua castellana y las cooficiales reconocidas en los territorios autonómicos.
Lo cierto es que los dos vetos que se votan serán rechazados por una mayoría del Congreso que sumará al menos 176 diputados, los mismos que avalaron la iniciativa: PSOE, Sumar, ERC, Junts, PNV, Bildu, BNG y CC.
Por otra parte, a lo largo de este día, y tal como ocurrió el pasado martes, los diputados podrán intervenir en sus lenguas maternas y de nuevo volverán a escucharse las diferentes traducciones simultáneas de los intérpretes.
La proposición de reforma prevé un plazo de seis meses para establecer todos los mecanismos necesarios para implantar el uso del catalán, del euskera y del gallego, no solo en las intervenciones del pleno sino también en los escritos y en las comisiones.
Con la ratificación de las lenguas cooficiales en el Congreso, la nueva presidenta de la Cámara Baja, Francina Armengol, cumple con el compromiso que adquirió en la sesión constitutiva de las Cortes para que la diversidad lingüística llegara cuanto antes, además de cumplir con las exigencias planteadas por los independentistas de Junts y ERC de cara a su apoyo a la Mesa de la Cámara.