Unas 50.000 personas, según la Guardia Urbana, se han concentrado este domingo en el céntrico Passeig de Gràcia de Barcelona para mostrar su estruendoso rechazo a la amnistía a los encausados del Procés que Pedro Sánchez negocia con los independentistas para garantizarse la investidura. La marcha, que según Societat Civil Catalana (SCC) ha congregado a 300.000 manifestantes, ha estado repleta de alusiones al prófugo expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont, a quien se ha invitado reiteradamente en los cánticos y pancartas a ingresar en prisión.
Tampoco se ha librado el candidato socialista a la reelección, Pedro Sánchez, a quien se ha acusado de «dictador» y «traidor», con un elocuente cartel en el que se le había dibujado el bigote de Hitler. La manifestación, en la que ha participado su oponente popular Alberto Núñez Feijóo, cuatro presidentes autonómicos y delegaciones del PP llegadas desde distintos puntos del país, también ha sido secundada por Vox, cuyo presidente Santiago Abascal se ha dejado ver entre la multitud.
«No se trata de una amnistía que busque la reconciliación, sino de una transacción a cambio de la presidencia del Gobierno por siete votos. Eso lógicamente es una involución y una decisión reaccionaria», ha dicho Feijóo. «Es una cacicada impropia de la democracia».
El vicepresidente de SCC, Alejandro Ramos, ha echado en cara a Sánchez «que haya decepcionado a cientos de miles de votantes», al aceptar negociar la amnistía y el referéndum, que el propio socialista consideraba en campaña «dos líneas rojas». El exdirigente socialista y exalcalde de La Coruña, Francisco Vázquez, también ha intervenido para denostar que los independentistas «quieran imponer su modelo de sociedad al resto de catalanes».
La presidenta de Societat Civil Catalana, Elda Mata, ha cerrado el acto con un alegato para que «se vuelva a la senda de la concordia» y evitar así «las nefastas consecuencias» que acarrearía el indulto a los presos políticos del Procés.
Sus tres «viva» finales, a Cataluña, España y al Rey, no han sido aplaudidos por la totalidad de los asistentes. De hecho, los Mossos d'Esquadra han tenido que apartar de la cabecera de la manifestación a dos mujeres que esgrimían una vistosa pancarta que recriminaba al rey Felipe VI que sea «cómplice del Golpe de Estado a las urnas, a la democracia y a la voluntad de los españoles». «Él no está con nosotros, está con la mafia. Nos ha abandonado», espetaba una de las promotoras que, al ser increpada por grupos de manifestantes, ha tenido que ser sacada a uno de los laterales del Passeig de Gràcia.
La megafonía, que durante la marcha había hecho sonar el «Libre» de Nino Bravo y el «Mediterráneo» de Serrat, ha dado por concluido el acto con el «Resistiré» del Dúo Mecánico, «porque ahora toca resistir. Esto solo acaba de empezar».