Nació siendo la mayor de los Príncipes de Asturias, los reyes, Felipe VI y Letizia, y desde ese mismo instante se convirtió en la heredera a la Corona de España. Tan claro estaba que entonces se señaló que, en caso de que el segundo hijo fuera varón, ya habría tiempo de modificar la Constitución. Algo que no ocurrió y dos años después nació su hermana, y mejor amiga, la infanta Sofía, la segunda en la línea de sucesión al trono español. Leonor ha crecido, sobreprotegida, en la más exquisita educación para dedicarse en un futuro, a «lo que debe ser, no lo que quiera ser», como respondió la reina Letizia durante una visita, hace tres años, a un centro educativo en la barriada de Son Roca.
Desde hace 18 años, y siempre que su agenda lo ha permitido, Leonor, doña Leonor desde hoy, ha pasado todas sus vacaciones estivales, y algunas de Semana Santa, en Mallorca. Los periodistas que cubrimos la información de Casa Real durante su estancia en la Isla hemos podido ser testigos de las dos caras de la Princesa de Asturias. Una en los actos y posados oficiales, donde la hija mayor de los Reyes de España es el claro ejemplo de la perfección más absoluta. No hay improvisación y una sonrisa en su justa medida, siempre bajo la supervisión de su madre doña Letizia. Cada aparición y salida del Palacio de Marivent están perfectamente programadas.
Pese a ello, hemos visto la otra cara de doña Leonor de Borbón y Ortiz, mucho más natural, derrochando simpatía, pero sin pasarse, siempre acompañada de su madre, yendo al cine con sus padres y su abuela, la reina emérita, saliendo de un concierto, visitando el Real Club Náutico de Palma durante la Copa del Rey de Vela, e incluso en el Mercat de l'Olivar observando los peces en la pescadería. Salidas en las que periodistas y fotógrafos echamos en falta amistades juveniles, de su propia edad, ya sean amigas de la Isla o sus propios primos. La Princesa de Asturias cumple hoy la mayoría de edad y jura la Constitución, ante lo que promete ser la reina mejor preparada de Europa.