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2023, año negro por violencia de género

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Como vaticinando lo que venía, diciembre de 2022 despidió el año siendo el mes más trágico en violencia machista de toda la serie histórica. Las 11 mujeres asesinadas a finales de ese año hicieron saltar las alarmas. Se activó entonces el primer comité de crisis, se anunciaron medidas y se abrió un melón que hasta entonces se había evitado: hay que replantearse el sistema de protección y aumentar la concienciación en un contexto de creciente negacionismo. Pero cierra ahora un nuevo año… y lo hace peor que hace 12 meses. Ya en septiembre se superó el cómputo de feminicidios registrado en todo el año anterior, y el terrible goteo de crímenes machistas no ha cesado. 2023 ha sido un año negro. El peor en los últimos cuatro años: 55 asesinadas a manos de sus parejas o exparejas, seis más que en 2022.

El miedo de las víctimas a denunciar y la desconfianza hacia las instituciones es todavía uno de los grandes problemas en la lucha contra la violencia machista: en casi el 75% de los casos de 2023 no existían denuncias previas contra el agresor. Para Miguel Lorente, forense y delegado del Gobierno para la Violencia de Género entre 2008 y 2011, esto es algo que se explica en gran medida por un creciente "negacionismo" de la violencia de género, que tienen un doble efecto: en las mujeres, por un lado; y en los agresores, que ven reforzada su postura. "Cuando tú niegas una realidad, la desconfianza es mayor. Ya de por sí, las víctimas tardan una media de ocho años en denunciar. Y estamos viendo una violencia muy normalizada y muy estructural", sostiene Lorente en declaraciones a 20minutos.

Así lo refleja también el último informe del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que señala un parón en la tendencia descendiente de las víctimas que renuncian a declarar contra su agresor en el juicio: este año hubo casi un 29% más de mujeres que se acogieron a ese derecho. "El negacionismo no solo ha aumentado, sino que se ha visto que cuanto más alto ha sido es cuando más homicidios se han producido. De julio a septiembre, por ejemplo, que es cuando más se ha negado la violencia machista a raíz de los dos procesos electorales. Todo el debate y los pactos que se han hecho han sido fundamentalmente sobre políticas de igualdad. No han hablado de impuestos, ni de carreteras, ni de sanidad, sino de violencia de género. Y al final son mensajes que legitiman a los agresores y generan desconfianza en las víctimas para romper con el círculo de la violencia", incide.

Pero luego está ese 25% de mujeres —13— que sí habían dado el paso de denunciar a su agresor, y cuyo asesinato, para Lorente, demuestra que debe mejorarse toda la valoración forense del riesgo que se hace sobre el agresor. "Tenemos que seguir incrementando también el uso de los dispositivos y pulseras, porque son elementos que facilitan que la mujer se pueda proteger y funcionan además como disuasorios", defiende.

Mejorar la valoración del riesgo

Y es que, según recordó el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, hace dos semanas, de los 13 casos en los que existían denuncias previas, ocho estaban inactivos en el sistema de protección VioGén. "Eso quiere decir que en el momento del asesinato no tenían ninguna medida de protección, bien fuera porque se había archivado el caso, habían sido absueltos, condenados o habían cumplido la pena", detalló tras una reunión con la nueva ministra de Igualdad, Ana Redondo.

Actualmente, hay más de 80.000 expedientes activos en el sistema policial VioGén y más de 50.000 mujeres viven con medidas de protección (como órdenes de alejamiento), de las cuales la mitad están en riesgo alto o extremo. Pero al Gobierno le preocupa que en realidad haya muchas más mujeres en niveles de riesgo alto o que se inactive un caso que siga implicando peligro. Precisamente por ello, Marlaska anunció que iban a revistar los criterios de inactivación de los casos abiertos "para eliminar el margen de riesgo que esa actuación pueda acarrear a la mujer agredida".

También desde Interior salió una medida novedosa en febrero: un protocolo para alertar a las víctimas si sus agresores son reincidentes. A 24 de noviembre, la Policía había advertido ya a más de 7.000 mujeres de que su agresor tiene antecedentes por maltrato a parejas anteriores.

Con todo, el año deja ya un número de feminicidios notablemente superior al de las estadísticas anteriores. Todo pese a las medidas que se han ido adoptando a lo largo de los últimos meses. De hecho, desde diciembre del año pasado se han convocado ya siete comités de crisis. Una medida activada por Igualdad para evaluar cada repunte de asesinatos —más de cinco en un mes— y analizar, caso por caso, qué se hizo mal a la hora de proteger a esas mujeres. Se ha llegado a plantear un endurecimiento de las condiciones para conceder licencias de armas, más ayudas para las víctimas vulnerables o más formación para los profesionales que trabajan con las mujeres que sufren violencia de género.

1.237 asesinadas desde 2003

Ninguna, por ahora, ha demostrado frenar el preocupante aumento de casos, que eleva ya el cómputo total a 1.237 asesinadas desde que empezó el registro en 2003. Feminicidios que han dejado ya a 56 huérfanos por violencia de género. Para encontrar un contexto similar hay que remontarse a hace cuatro años, en 2019, cuando se cerró el año con 56 mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas; o a 2015, cuando se confirmaron 59 crímenes machistas.

La nueva titular de Igualdad, Ana Redondo, pidió hace unos días colaboración institucional para atajar esta "dramática" situación en 2024. "Todos somos imprescindibles y ninguna institución puede mirar para otro lado y es importante que estemos todos colaborando", aseguró. Su departamento ha puesto también mucho el foco en el entorno de la víctima, visto que en 22 de los feminicidios, los conocidos y familiares de las mujeres tenían constancia de la violencia que se estaba produciendo. Redondo anunció, en ese sentido, que iban a impulsar "una campaña específica para que los entornos sean proactivos".

Aunque, para Lorente, este asunto es "secundario". "Si el entorno denuncia y la mujer dice que no, no va a ninguna parte. La eficacia es relativa", dice. Lo importante, sostiene, es enfocar la respuesta a la atención, más que a la denuncia. En definitiva, la clave, para el ex delegado del Gobierno, reside en reforzar la protección de las víctimas, por un lado; y en aumentar la labor de sensibilización de la sociedad.

Mientras no sea una de las prioridades, insiste, no habrá cambios significativos en ese sentido. Así lo demuestra también el último barómetro del CIS de noviembre, en el que se muestra que apenas el 1,2% de la población española considera que la violencia de género es uno de los principales problemas; o un estudio de la Fundación Fad Juventud, que indica que uno de cada cuatro hombres de entre 15 y 20 años considera que la violencia machista "no existe o es un invento ideológico". "Es cierto que estamos viviendo una transformación social muy positiva. Pero también vemos que cancelan una obra de teatro porque van en calzoncillos, y hay partidos que siguen negando la violencia machista cuando tenemos una media de 50 asesinadas cada año", concluye Lorente.

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