El trágico incendio que sacudió el barrio de Campanar en Valencia continúa siendo el foco de atención de los servicios de emergencia, que no cesan en sus esfuerzos por controlar completamente las llamas y enfriar los restos de los dos edificios afectados. Este siniestro, uno de los más graves en la memoria reciente de la ciudad, ha resultado en un saldo preliminar de nueve fallecidos y 15 personas heridas, cuya vida no corre peligro, siete de ellas bomberos. De los 15 heridos, hay seis personas ingresadas en diferentes hospitales, mientras que las otras nueve han sido dadas de alta directamente. La brigada científica de la Policía Nacional ha determinado que el número de cuerpos hallados hasta el momento en el interior del edificio calcinado de València son nueve, uno menos que la cifra oficial que se había ofrecido a primera hora de esta tarde. Así se ha determinado en el proceso de identificación de los cuerpos localizados en el interior del edificio, según señala la Delegación del Gobierno en la Comunitat Valenciana.
La emergencia se desató en la tarde del jueves, cuando un fuego se inició en uno de los bloques residenciales del distinguido barrio, extendiéndose rápidamente a lo largo de sus catorce plantas y afectando a un edificio colindante. A pesar de los intensos esfuerzos de los bomberos y equipos de rescate, que trabajaron a lo largo de la madrugada, el fuego ha dejado una marca indeleble en la comunidad.
A primera hora del viernes, aunque las llamas ya no son visibles, la zona permanece acordonada y cerrada al tráfico, siendo escenario de una operación de enfriamiento exterior por parte de los bomberos. Estos esfuerzos se llevan a cabo por relevos, en medio de la incertidumbre sobre la estabilidad de los edificios y la búsqueda de posibles víctimas aún atrapadas entre los escombros.
La respuesta institucional no se ha hecho esperar, con el president de la Generalitat, Carlos Mazón, programado para visitar el Puesto de Mando Avanzado en las primeras horas de la mañana, junto con la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, y el presidente de la Diputación de Valencia, Vicent Mompó. Este gesto subraya la gravedad del incidente y el compromiso de las autoridades con la gestión de la crisis.
La comunidad valenciana se encuentra en estado de shock y luto por las vidas perdidas y los daños incalculables causados por el incendio. Las labores de rescate y recuperación son prioritarias, con la esperanza de encontrar a los desaparecidos y proporcionar alivio y respuestas a las familias afectadas.
Este incidente pone de manifiesto la importancia de la seguridad y la preparación ante emergencias en áreas residenciales densamente pobladas. Mientras Valencia comienza el proceso de recuperación y reconstrucción, el incendio de Campanar servirá como un sombrío recordatorio de la vulnerabilidad ante desastres naturales y la necesidad de fortalecer las medidas de prevención y respuesta.