La Comisión Europea ha considerado que la compra de Air Europa por parte de Iberia puede suponer un riesgo para la competencia con los archipiélagos, Sudamérica y otros países de Europa. Asimismo, la Comisión ha expresado su preocupación ante la posibilidad de que los clientes puedan enfrentar precios más altos o una menor calidad de los servicios después de la transacción.
«El objetivo de la Comisión es garantizar que la transacción no dé lugar a efectos adversos efectos para los clientes en términos de aumento de precios o disminución calidad de los servicios. A la Comisión le preocupa que, a falta de soluciones adecuadas y la eliminación de Air Europa como aerolínea independiente puede tener efectos negativos sobre la competencia en estos ya mercados concentrados», ha manifestado.
Así se recoge en el 'Statement of Objections' (SO) sobre la operación de compra de Air Europa, publicado en la tarde de este viernes, en el que la Comisión ha explicado que la posible compra «supone efectos adversos para la competencia principalmente por la reducción del número de aerolíneas que operarían en ellas».
En concreto, explica que esta compra reduciría la competencia en un determinado número de rutas nacionales españolas, en particular en las rutas donde los trenes de alta velocidad no ofrecen una alternativa, y en las rutas entre península España y Baleares y Canarias. Para algunas de estas rutas no habrá competencia directa después de la transacción. En otras rutas, la competencia parece limitada, según la Comisión, y proviene principalmente de empresas regionales, compañías españolas u otras de bajo coste como Ryanair.
La competencia también sería limitada en las rutas de corto radio que conectan España con países de Europa y Oriente Medio. Nuevamente, la competencia en estos viajes proviene principalmente de compañías aéreas de bajo coste, como Ryanair, que en muchos casos operar desde aeropuertos más remotos o desde la aerolínea establecida del país de destino.
En el caso de América, se podría dar incluso el caso de que no hubiera competencia directa después de la transacción. Además, la Comisión ha apuntado que ambas partes tienen cuotas de mercado relativamente altas en las rutas entre España y América del Norte y del Sur.