El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha anunciado que el Ayuntamiento no concederá más licencias para uso turístico a viviendas residenciales y no renovará las existentes, en aplicación de la ley catalana, por lo que en 2029 los 10.101 pisos turísticos que hay en la ciudad perderán esa condición.
Collboni ha anunciado también que propondrá una modificación en la política de reserva para pisos sociales del 30 % de las nuevas promociones y grandes reformas de edificios de viviendas, vigente desde 2018. El alcalde de Barcelona ha anunciado públicamente este viernes estas dos nuevas iniciativas para incrementar el parque de vivienda en la ciudad y frenar la subida del precio del alquiler y de la compra, acciones incluidas en el nuevo Pla Viure.
También este viernes la CUP de Barcelona ha presentado la herramienta 'Barcelona i Barbàrie', una web con un mapa en el que se recoge «de forma actualizada» las licencias de pisos turísticos que se conceden en la capital catalana para mostrar así el crecimiento turístico en la ciudad. En declaraciones a Europa Press, la portavoz de los anticapitalistas Adriana Llena ha explicado que la web se ha creado a partir de los datos públicos del Ajuntament de Barcelona y del catastro, pero también se podrán «denunciar los pisos que no están recogidos y que operan sin licencia» a través de un formulario.
Ha asegurado que el objetivo de esta iniciativa es señalar la situación límite que, a su juicio, está viviendo Barcelona a causa de la «masificación turística», y ha propuesto que haya una normativa municipal que permita cerrar los pisos turísticos situados en comunidades de vecinos, para poder disponer de ellos para necesidades residenciales. Llena ha criticado que el turismo está generando una «ola gentrificadora que primero está expulsando a los vecinos del centro de la ciudad, les está llevando a barrios de Barcelona, haciendo subir los precios de la vivienda en estos barrios», y ha añadido que esto también se está extendiendo por el área metropolitana y por el resto de Cataluña.
También se ha mostrado contraria con el modelo de ciudad impulsado por el alcalde Collboni, a quien ha acusado de estar a favor de la contaminación, y ha puesto como ejemplo «el espectáculo lamentable de la Fórmula 1 que ocupó el centro de Barcelona durante horas», en alusión a la exhibición de coches de F1 del miércoles en Passeig de Gràcia. Ha sostenido que este modelo no va a la raíz del problema, no apuesta por el decrecimiento que, a su juicio, necesita la ciudad, que priorice la recuperación del espacio público, y ha tachado el 'Pla Endreça' del ayuntamiento barcelonés de «clasista y racista».