El periodista vasco Pablo González -liberado el pasado jueves tras dos años y cinco meses encarcelado en Polonia acusado de espionaje para Rusia- se ha puesto en contacto telefónico esta tarde con su mujer y sus tres hijos, con quienes ha bromeado, a la espera de que los resultados de los chequeos médicos le permitan volver a España.
Desde su domicilio en la localidad vizcaína de Nabarniz, su esposa, Oihana Goiriena, ha dicho que sobre las 14.30 horas ha cogido el teléfono, que estos días no deja de sonar, sin saber que al otro lado escucharía la voz de su marido, que "se encuentra bien" y "no ha perdido su sentido del humor", ya que ha estado bromeando con todos ellos.
"Ha sido el momento más emocionante de los últimos dos años y cinco meses", ha asegurado Goiriena, quien ha dicho que su marido al principio no ha reconocido la voz de sus dos hijos pequeños, de 12 y 9 años, con quienes no había estado en contacto desde su detención. Su esposa y su hijo mayor, de 16 años, ya le habían visitado en dos ocasiones durante su encarcelamiento en Polonia. Al saber que era su padre quien llamaba desde Moscú, los tres hijos de Pablo González han corrido hacia el teléfono gritando de alegría, porque "no se lo creían".
Sobre su estado médico, Oihana ha señalado que inicialmente le han detectado "algo en un pulmón", pero "nada serio"; probablemente a causa de las condiciones que ha vivido en la prisión, con mucha humedad, frío en invierno y mucho calor en verano, aunque ha precisado que su marido se siente bien.
Pablo González ha dicho a su mujer que tramitará su regreso a España en cuanto cuente con los resultados de los chequeos médicos obligatorios a los que ha sido sometido en Moscú. "Paso a paso", ha indicado Oihana Goiriena. Ha hablado durante unos diez minutos con cada uno de sus hijos y con su esposa, y después la llamada telefónica se ha cortado.
Pablo González, de doble nacionalidad española y rusa, fue liberado este jueves después de permanecer encarcelado durante más de dos años y cinco meses en Polonia acusado de espionaje para Rusia, en el marco de un intercambio de prisioneros entre Estados Unidos y varios países occidentales y Rusia.
La conversación telefónica ha tenido un carácter estrictamente "familiar" y la esposa de Pablo González ha afirmado que no han hablado sobre los motivos por los que Rusia incluyó a su marido en el intercambio de presos ni sobre el recibimiento que les ofreció en Moscú el presidente ruso, Vladímir Putin.
"No es nuevo que digan que estaba haciendo no sé qué para Rusia. No tengo redes sociales. Lo importante es que le han liberado, en lugar de estar en aquel agujero a la espera de un juicio que nunca llegaría", señaló Goiriena tras conocer la puesta en libertad de Pablo.