Joseba García, investigado junto a su hermano Koldo en la Audiencia Nacional por una presunta trama de corrupción, se ha acogido este miércoles a su derecho a no declarar en su comparecencia en la comisión de investigación del Senado. Lo ha expuesto desde el principio, tras la primera pregunta del primer interrogatorio, de María Caballero, de UPN, sobre qué relación tenía con el exministro José Luis Ábalos.
Ha respondido que decidía no contestar, porque es su derecho, al prever que las cuestiones que le harían están relacionadas con el procedimiento judicial en el que es investigado. «Hasta que eso no se resuelva no voy a hacer ningún tipo de declaración», ha añadido, y ha agradecido de antemano a los senadores sus preguntas y les ha ofrecido volver las veces que quieran. «Sintiéndolo mucho, me acojo a ese derecho», le ha reiterado a Caballero tras sus diez minutos de preguntas, todas sin respuesta, con más agradecimientos a la senadora navarra por su educación.
Sus preguntas han versado sobre los contratos de trabajo en empresas públicas que presuntamente él facilitó a Jéssica Rodríguez, expareja de Ábalos, en los que hay indicios de delito, según un auto del Tribunal Supremo conocido este miércoles. Sobre esos contratos ha preguntado también Ángel Pelayo Gordillo, de Vox, durante más de veinte minutos, pero sin recibir agradecimientos de Joseba García, sino un reproche al acabar por hacer retóricas las cuestiones y añadir «comentarios políticos» que, ha dicho, se salían de su comprensión.
«Lo que ha soltado usted por su boca», ha apuntado Joseba García al comentar el interrogatorio del senador de Vox, aunque luego le ha pedido que «no se lo tome a mal». Jordi Gaseni, de ERC, sin hacer preguntas, ha pedido una reflexión al resto de senadores por la «imagen deplorable, de poca seriedad», que, a su juicio, transmite esta comisión de investigación, dirigida por el PP y convertida en «un 'reality show'». De similar manera lo ha expresado José Antonio Valbuena en el turno del PSOE, al lamentar las «insidias» de algunos interrogadores, sin que tras un año y 63 comparecencias se haya llegado a «ninguna conclusión válida».
Hoy no me viene bien.