El enfrentamiento entre Junts y Podemos ha alcanzado un nuevo nivel de tensión este martes, cuando el secretario general de los independentistas catalanes, Jordi Turull, ha acusado a la formación morada de aplicar «un 155 en materia de inmigración» por su oposición al traspaso de competencias migratorias a Cataluña. Este choque político se produce en vísperas de una importante votación en el Congreso de los Diputados que podría determinar el futuro de esta transferencia competencial, considerada clave por los de Carles Puigdemont.
Durante su intervención en una conferencia organizada por Nueva Economía Fórum en Barcelona, Turull ha expresado su perplejidad ante la postura de Podemos: «No entendemos por qué Podemos se presenta como confederal. Podemos votó en contra del 155. No es lógico que ahora nos apliquen un 155 en materia de inmigración». El dirigente de Junts ha defendido que el traspaso de competencias migratorias no beneficiaría exclusivamente a su formación política, sino al conjunto del Govern de la Generalitat, actualmente condicionado por los Comuns y ERC.
En un tono visiblemente crítico, Turull ha reprochado que la formación de Ione Belarra «prefiera que los socialistas gestionen las políticas de inmigración desde Madrid» y que todo esto «lo lleve la Guardia Civil antes que los Mossos d'Esquadra». Además, ha revelado que han existido intentos de diálogo con Podemos, afirmando que existen «muchos mensajes y llamadas» con Belarra, por lo que les ha pedido «que no mientan al respecto».
El enfrentamiento político no se limita a Podemos. El secretario general de Junts también ha criticado duramente al presidente de la Generalitat, el socialista Salvador Illa, a quien acusa de no haber hecho «nada» para defender la transferencia de la competencia ni para realizar la necesaria pedagogía que hubiera evitado los recelos de determinadas formaciones políticas.
Respecto al papel del PSOE en esta controversia, Turull ha lamentado que los socialistas se hayan interesado «a última hora» y que actúen principalmente para «intentar salvar el siguiente pleno». Esta situación, según el dirigente independentista, refleja claramente el actual estado de las relaciones entre Junts y el partido que lidera Pedro Sánchez. Ante las advertencias lanzadas por Junts al PSOE en las últimas semanas, Turull ha insistido en que no tomarán decisiones «en caliente» sobre su relación con los socialistas, aunque ha anticipado que adoptarán una postura definida «a lo largo de este otoño de 2025».
Estas declaraciones se producen en un contexto de creciente tensión política, donde el apoyo parlamentario de Junts resulta crucial para la estabilidad del Gobierno de coalición con Sumar liderado por Sánchez. Los independentistas catalanes han mostrado en repetidas ocasiones su disposición a retirar su respaldo si no se cumplen los acuerdos alcanzados, entre los que figura prominentemente la transferencia de competencias en materia migratoria.
Por su parte, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ha centrado sus declaraciones en otro frente de actualidad política: la controversia generada en torno a las pulseras antimaltrato. Durante su intervención en las ruedas de portavoces del Congreso de los Diputados, Belarra ha criticado lo que considera una «campaña de desinformación de la derecha política, mediática y judicial» en relación a estos dispositivos de protección.
«Porque poner en duda el mecanismo, como se está haciendo desde medios de comunicación, desde la derecha judicial, hace que muchas mujeres ahí fuera puedan sentirse inseguras llevando el dispositivo o que, si se les ofrece en un procedimiento judicial, lo rechacen por pensar que puede ser inseguro», ha advertido Belarra. La dirigente de Podemos ha querido subrayar que las pulseras «funcionan» y que «ninguna mujer ha sido asesinada» mientras llevaba uno de estos dispositivos.
Según ha explicado, lo que falló, «según ha comunicado el Ministerio de Igualdad», fue «el proceso de migración de datos». No obstante, ha reconocido que «todos los mecanismos pueden mejorar» y ha valorado positivamente que se den «todas las explicaciones» sobre el funcionamiento de estos dispositivos. Belarra también ha recordado que el nuevo contrato de las pulseras antimaltrato, impulsado por la exministra Irene Montero durante su etapa al frente del Ministerio de Igualdad, tenía como objetivo «mejorar el funcionamiento» de unos dispositivos que databan de 2013 y que eran, en sus palabras, «auténticos zapatófonos que generaban una exposición de las mujeres».
El enfrentamiento entre ambas formaciones políticas ejemplifica las dificultades del Ejecutivo progresista por alcanzar acuerdos con agentes cuyas sensibilidades son netamente distintas. De hecho, quedan a la vista las profundas diferencias ideológicas que conviven en el seno del llamado bloque de investidura. Mientras Junts defiende una visión más centrada en el avance del autogobierno y favorable a la transferencia de competencias a Cataluña, Podemos mantiene reservas sobre ciertas transferencias, especialmente en áreas sensibles como la inmigración, donde temen que puedan aplicarse políticas restrictivas, en un contexto donde las posiciones extremistas ganan terreno en este y otros debates de enjundia para la ciudadanía.
Greñosos o no... Seguirán en sus escaños sin despeinarse.