El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha delineado este martes la postura de España respecto a la compleja situación en Gaza y el futuro de la región, recién iniciado el alto el fuego entre Israel y Hamás, así como el papel que su país aspira a desempeñar en un eventual escenario de paz y reconstrucción. Durante una entrevista concedida a la Cadena Ser, Sánchez manifestó su optimismo ante la posibilidad de una pacificación en Oriente Medio, una región cuya estabilidad considera crucial para el equilibrio global. Sus declaraciones se producen en un contexto de intensos esfuerzos diplomáticos internacionales para consolidar un alto el fuego y avanzar hacia una solución duradera al conflicto palestino-israelí, que ha marcado la agenda política y humanitaria de los últimos años.
En sus intervenciones, horas después de regresar de Egipto de la cumbre para la reconstrucción de Gaza, organizada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a la que asistieron unas decenas de países, el líder del Ejecutivo español no solo abordó la crisis humanitaria y política en Gaza, sino que también reafirmó el compromiso inquebrantable de España con la defensa de la seguridad atlántica y la preservación de su propio sistema de bienestar. Sánchez fue enfático al rechazar lo que denominó una «doble vara de medir» en la respuesta internacional a los conflictos, haciendo una clara referencia a la disparidad de reacciones entre la situación en Ucrania y la de Gaza. Esta postura subraya la coherencia que España busca mantener en su política exterior, defendiendo los principios del derecho internacional humanitario en todos los escenarios.
El presidente expresó su esperanza en que la actual coyuntura, tras la liberación de los rehenes israelíes y el alto el fuego en Gaza, represente una «ventana de oportunidad» para la paz en Oriente Medio. En este sentido, dejó claro que, si se materializa un proceso de paz genuino, España desea participar activamente, no solo en la fase de reconstrucción de Gaza, sino también en la configuración de ese horizonte de paz a largo plazo. Esta implicación se fundamenta tanto en los intereses estratégicos de España como en sus profundas convicciones morales ante lo que considera un «atropello al derecho internacional humanitario» en Gaza y Palestina, una violación que ha generado una condena generalizada en la comunidad internacional.
Pedro Sánchez enfatizó que, más allá de las formalidades, lo que se percibía en el ambiente del encuentro al más alto nivel en suelo egipcio era un claro «optimismo» y «esperanza» respecto a las perspectivas de paz. Sin embargo, reconoció que existen «incógnitas» significativas y «demandas» concretas por parte del mundo árabe hacia Estados Unidos para que se consoliden los pasos hacia una paz efectiva y duradera. Estas demandas suelen incluir garantías de seguridad, el establecimiento de un Estado palestino viable y el fin de la ocupación de territorios.
El presidente también hizo un reconocimiento explícito a la asistencia de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y destacó el «papel de España en el plano diplomático» durante los dos últimos años de guerra de Israel contra Hamás y sus aliados. Este reconocimiento subraya la labor activa de la diplomacia española en la búsqueda de soluciones y en el mantenimiento de canales de comunicación con las partes implicadas. La política exterior española ha buscado consistentemente un enfoque multilateral y el respeto a las resoluciones de Naciones Unidas como base para la resolución del conflicto; un punto de partida compartido por otros socios europeos como Irlanda o Noruega.
En cuanto a la posibilidad de envío de tropas españolas a la región en el marco de una misión de seguridad, Sánchez indicó que la «materialización de ese aspecto de seguridad no está clara» en este momento. No obstante, aseguró que quería mostrar total transparencia «con la ciudadanía y los grupos parlamentarios». Si existe una misión internacional, dijo, España quiere estar; también en el tramo de reconstrucción de una zona altamente importante para los cálculos geoestratégicos de Madrid.
Compromiso con la seguridad y el bienestar
El presidente del Gobierno, preguntado por las recientes declaraciones de Trump sobre la posibilidad de echar a España de la OTAN por su supuesta falta de compromiso con el gasto público en defensa, reiteró el firme compromiso de España con la «defensa de la seguridad atlántica», un pilar fundamental de su política exterior y de defensa. Este compromiso se enmarca en la pertenencia de España a la OTAN y su contribución a la estabilidad y defensa colectiva de los países aliados. Asimismo, Sánchez vinculó directamente la política exterior y de defensa con la protección de «nuestro sistema de bienestar», recordando las distintas voces, incluida la de Trump, que reconocen que el Gobierno lo está haciendo bien en materia económica. Esta conexión implica que la estabilidad internacional y la seguridad son condiciones necesarias para garantizar el desarrollo económico y social interno, así como la provisión de servicios públicos esenciales para los ciudadanos españoles. La interdependencia entre la seguridad global y el bienestar nacional es una constante en la retórica del Gobierno, que busca justificar la inversión en defensa y diplomacia como una salvaguarda de los logros sociales.
A la vista de sus palabras la postura de España, según Sánchez, se basa en una combinación de intereses nacionales y convicciones éticas. La defensa del derecho internacional humanitario, que ha sido «atropellado en Gaza y Palestina», no es solo una cuestión moral, sino también un elemento clave para la credibilidad y la influencia de España en el escenario global. La promoción de los derechos humanos y el respeto a las leyes de la guerra son principios irrenunciables que guían la acción diplomática española en conflictos como el de Oriente Medio.
El embargo de armas y consolidación del alto el fuego
Un punto crucial en las declaraciones de Sánchez fue la confirmación de que «se mantiene el embargo de armas» a Israel. Esta medida, adoptada por España, refleja una política de prudencia y de no contribución a la escalada de conflictos armados en zonas de alta tensión. El embargo de armas, como herramienta diplomática, busca presionar a las partes en conflicto para que trabajen en soluciones pacíficas y respeten el derecho internacional.
El presidente insistió en que, en este momento, «estamos en alto el fuego», y que el objetivo primordial es «consolidarlo» para que «derive en un proyecto de paz» a largo plazo, lo mismo que demanda el mundo árabe a Trump. La transformación de una tregua temporal en un plan de paz integral y sostenible es el gran desafío que enfrenta la comunidad internacional. Esto implica no solo el cese de las hostilidades en Gaza, sino también la implementación de mecanismos de verificación, la provisión de ayuda humanitaria y el inicio de negociaciones políticas que aborden las causas profundas del conflicto. Sin despreciar lo que suceda en Cisjordania y los asentamientos israelíes. La consolidación de la paz en Gaza y Palestina requerirá de un esfuerzo concertado de la comunidad internacional, con la participación activa de actores regionales y globales. España, a través de su diplomacia y su compromiso con los principios del derecho internacional, aspira a ser un actor relevante en este proceso, contribuyendo a la estabilidad de una región que, como bien señaló el presidente Sánchez, es «clave para la estabilidad mundial».
CarteristaSe les acabaron los pins, camisetas y de más propaganda, ahora quedran agotar stock de Palestina..... Cosas de extrema izquierda.....