El silencio de Ábalos y Koldo y las aclaraciones pendientes

El paso estos días del exministro de Transportes, José Luis Ábalos, y su antiguo asesor, Koldo García, por el Tribunal Supremo ha marcado el pulso político de la semana en el ámbito nacional. Sus comparecencias, condicionadas por la sombra de la prisión preventiva tras las últimas informaciones aparecidas en informes de la UCO de la Guardia Civil, acabaron finalmente con las medidas cautelares ya pautadas con anterioridad en ambos casos. No obstante, algunos detalles resultan llamativos y deben ser tenidos en consideración.

El exministro socialista José Luis Ábalos, actual diputado del Grupo Mixto del Congreso e investigado por el Alto Tribunal por supuestos delitos de corrupción, denuncia en redes sociales pintadas ofensivas en su domicilio particular e insta a las autoridades a tomar medidas ante el clima de crispación: «Hoy soy yo, mañana serás tú», vaticina. Poco después de su comparecencia, en la que se negó a declarar alegando indefensión por falta de confianza en su defensa, Ábalos confirmó un cambio de abogado en la persona de Carlos Bautista, exfiscal de la Audiencia Nacional (AN) que llevó casos como 'Faisán' o el 11-M, después de renunciar al letrado José Aníbal Álvarez por «diferencias irreconducibles».

Después de esa comparecencia, el magistrado descartó la petición de las acusaciones populares lideradas por el PP de enviar a Ábalos a prisión provisional tras el último informe de la Unidad Central Operativa de la Benemérita que revela «ingresos irregulares», al apreciar que el riesgo de fuga no es «lo suficientemente intenso», por lo que mantuvo las cautelares vigentes, es decir, prohibición de salida del país, retirada de pasaporte y comparecencia periódica en sede judicial, en línea con lo solicitado por parte de la Fiscalía Anticorrupción.

Llamativa fue la mención del juez Leopoldo Puente, ante lo inaudito que le resulta que alguien en la situación de Ábalos siga ostentando su condición de diputado, sin que nada ni nadie lo pueda remediar. Para algunos fueron palabras pertinentes, mientras que para otros –como los miembros del Gobierno– constituyen un menoscabo de la separación de poderes y una injerencia del poder judicial en el legislativo.

Como su antiguo jefe, Koldo García optó al día siguiente por el silencio como respuesta en su comparecencia en el Supremo, a la que asistió con una gran mochila ya que, dijo, prefiere ser precavido. Paradójicamente, después de ese trago, no tardó ni veinticuatro horas en acudir a una televisión para lanzar distintas aseveraciones, tratando de limpiar su imagen pública. En horario de máxima audiencia manifestó que está convencido que no ha entrado en prisión provisional porque no tiene riesgo de fuga, al depender de una pensión como único sustento económico. Criticó asimismo a la acusación popular, capitalizada por el PP, que «sabe perfectamente que he pedido vender mis bienes para poder mantenerme». «Tendría que mirar un poco mejor las cosas».

Sobre los polémicos sobres con dinero aireados por la UCO, Koldo vinculó su decisión de no declarar en el Supremo con que no tiene medios para defenderse ni para «certificar todo lo que pueda decir», puesto que cualquier cosa que diga puede tener una «mala interpretación». Por otro lado, asegura que cada vez que ha intentado dar explicaciones en los medios de comunicación se le «ha malinterpretado». A la vista de los hechos y su evolución, quedan muchas aclaraciones que aportar en esta causa que se encuentra todavía en sus fases más preliminares.