La aseveración en el Congreso de la portavoz independentista Míriam Nogueras todavía resuena en la Cámara Baja. ¿Está Junts amagando para obtener rédito político o bien la legislatura del Gobierno de coalición de Pedro Sánchez y Sumar va camino de la disolución? Entre los últimos acontecimientos en esta faceta de la actualidad nacional, la dirección de Junts (JxCat) baraja someter a consulta entre sus afiliados la continuidad de su apoyo al Ejecutivo central, una información adelantada este viernes por La Vanguardia y confirmada por fuentes del partido a la agencia EFE.
En este contexto de creciente tensión, el presidente de Junts, Carles Puigdemont, ha convocado una reunión de la ejecutiva del partido para el próximo lunes, 27 de octubre, en Perpinyà (Francia). Esta cita se produce después de que la formación independentista elevara notablemente el tono contra el presidente del Gobierno, sugiriendo que el momento de «empezar a hablar de la hora del cambio» podría haber llegado. Según ha comunicado el propio partido, esta reunión, que se enmarca «de acuerdo con el calendario previsto», tendrá lugar en el espacio Les 5 Éléments, un lugar habitual para los actos de JxCat en territorio francés, lo que en círculos soberanistas designan como Catalunya Nord.
Por su parte, el presidente Sánchez ha respondido a este nuevo desafío de Junts desde Bruselas, donde participó en el Consejo Europeo. Sánchez ha asegurado que su Ejecutivo está cumpliendo «los compromisos adquiridos con Junts» que están en su mano, al tiempo que ha reiterado su disposición a reunirse con el expresidente catalán, Carles Puigdemont, quien permanece en Bélgica. No obstante, ha matizado que este encuentro se producirá «cuando toque», sin especificar una fecha concreta. Estas declaraciones se produjeron al ser interpelado por el ultimátum de Junts y la utilidad de una reunión personal con Puigdemont en este delicada encrucijada política.
Sánchez fue explícito al recordar el propósito de la Ley de Amnistía, como un paso fundamental para la normalización política en Cataluña. «Si lo he dicho mil veces, ¿para qué hemos aprobado una Ley de Amnistía? Para normalizar la situación con los actores políticos. Por supuesto que esas reuniones se producirán ¿Cuándo? Pues cuando toque», afirmó, mostrando una clara voluntad de diálogo, pero sin ceder a presiones temporales. Sánchez no ocultó cierta molestia ante la insistencia de los periodistas en buscar un «titular» sobre la reunión con Puigdemont, apostillando con un irónico «Ala, ya tenéis el corte».
Respecto a la convocatoria de Junts, el presidente ha manifestado su respeto por el funcionamiento interno de los partidos. Sin embargo, ha sido categórico al señalar que, en cuanto a los acuerdos pactados, «lo que está en manos del Gobierno» se está cumpliendo, y en lo referente a «lo que está en manos de otros», se está «trabajando» para su cumplimiento. De este modo la vista queda puesta en lo que se antoja como un foro crucial en Perpinyà para que la formación independentista defina su estrategia futura en relación con el Gobierno central.
La posibilidad de someter a consulta la continuidad del apoyo al Ejecutivo de Pedro Sánchez entre sus afiliados añade incertidumbre y dramatismo. Una decisión de este tipo podría tener consecuencias directas e inmediatas sobre la estabilidad de la legislatura, abriendo la puerta a escenarios como la convocatoria de elecciones anticipadas. La gesticulación y la subida de tono de Junts coincide con un progresivo aumento del apoyo de los catalanes a Aliança Catalana, la formación ultra de la alcaldesa de Vic, Sílvia Orriols, con quien a menudo protagonizan choques en el plano de la política doméstica.
El «tono» elevado de Junts, previo a la reunión del lunes, sugiere que la formación busca renegociar o, al menos, reafirmar sus exigencias. Aunque su principal eje es el soberanismo, en los últimos tiempos ha sido un actor fundamental en la gobernabilidad de Cataluña y, más recientemente, en la estabilidad del Gobierno de España, especialmente tras las últimas elecciones generales donde sus escaños resultaron decisivos para la investidura de Pedro Sánchez. Su liderazgo ha estado fuertemente ligado a Carles Puigdemont, quien ha mantenido una influencia significativa desde su exilio.
La «hora del cambio» planteada puede deparar diversos escenarios, desde una renegociación más exigente de los acuerdos de investidura hasta la retirada del apoyo parlamentario al Gobierno de Pedro Sánchez. Si Junts decidiera retirar su apoyo, el Ejecutivo de coalición (PSOE-Sumar) perdería la mayoría parlamentaria, lo que dificultaría enormemente la aprobación de leyes y presupuestos. Este escenario podría desembocar en una crisis de gobierno y, en última instancia, en la convocatoria de elecciones generales anticipadas. La estabilidad de la legislatura, que comenzó con un apoyo muy ajustado, pende de un hilo ante cada movimiento de sus socios. El calendario inmediato de esta crisis política está marcado por la reunión de la ejecutiva de Junts. La atención se centrará en las decisiones que emanen de Perpinyà y en la respuesta que el Gobierno dé a las mismas, lo que determinará los siguientes movimientos en el tablero político español.
... Junts pudo apretarle las bolas al gobierno cuando tuvo oportunidad, pero no lo hizo... ahora es tontería... todos vemos que es una mera pose... es más, en estos momentos de mal asentamiento del Psoe, se entendería como un movimiento de pinza con los conservadores, y sonreír al gallego sin tener claras sus relaciones reales con los marcianos de vox, como que es un riesgo...