Este 20 de noviembre se conmemoran 89 años del fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange, y la fecha ha vuelto a generar repercusión a escala nacional. En la localidad de León ha sido convocada una misa en su honor, acto que también rinde homenaje a Francisco Franco en el marco del 50 aniversario de su fallecimiento.
La eucaristía tendrá lugar a las 20:00 horas en la iglesia de Santa Marina la Real, según han informado medios nacionales. La convocatoria ha provocado rechazo por parte de colectivos antifascistas, que han convocado una concentración frente al templo para mostrar su oposición a lo que consideran «una exaltación del franquismo».
En años anteriores, las misas celebradas en León por Franco y Primo de Rivera han estado presididas por el sacerdote Jesús Calvo, párroco vinculado a La Falange y conocido por sus posturas polémicas. Además, en ediciones previas se registraron concentraciones críticas coincidiendo con estos actos litúrgicos.
Su fusilamiento, ejecutado el 20 de noviembre de 1936 en la prisión de Alicante tras un proceso sumarísimo, tuvo desde el primer momento un enorme impacto propagandístico en el bando sublevado. Menos conocido es que, en los meses anteriores, se barajó entre algunos mandos franquistas la idea de trasladarlo a Mallorca, donde la Falange había consolidado una presencia temprana durante la guerra y donde el movimiento encontró un espacio simbólico para sus primeros rituales de exaltación. Aunque aquel proyecto nunca llegó a materializarse, la isla fue considerada un escenario idóneo para reforzar el relato épico que el régimen empezaba a construir en torno al falangista.
Desde un punto de vista histórico, la figura de Primo de Rivera sigue suscitando debate: su fusilamiento en 1936 marcó uno de los hitos simbólicos de la Guerra Civil, y su legado se entrelaza con la posterior dictadura franquista. Su memoria, junto a la de Franco, vuelve a estar en el centro del debate público en un día que se ha convertido en referente para quienes reivindican su figura, así como para quienes defienden otra mirada crítica sobre el pasado.
Este tipo de celebraciones litúrgicas, organizadas por fundaciones y colectivos afines al franquismo, se producen cada año en torno al 20 de noviembre. Sus detractores denuncian que estos actos contribuyen al «blanqueamiento» del franquismo y piden una reflexión mayor sobre la memoria histórica del país.
Los podemitas que se manifestaron durante el funeral no saben que la Falange autentica es republicana y anticapitalista pero no marxista.