El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha recordado este viernes al político socialista Ernest Lluch, al cumplirse el 25 aniversario de su asesinato por la banda terrorista ETA, y ha resaltado su figura como ejemplo de convivencia, progreso y diálogo.
«Hace 25 años, ETA asesinó a Ernest Lluch. En nuestra memoria, siempre, un socialista ejemplar que trabajó por dignificar la vida de todas las personas e impulsar una sanidad pública y de calidad. Gràcies, Ernest, pel teu exemple de convivència, progrés i diàleg», ha escrito Sánchez en la red social X.
Lluch, nacido en Vilassar de Mar (Barcelona), fue ministro de Sanidad con Felipe González como presidente del Gobierno y, sensibilizado con el problema vasco, era defensor de la vía negociadora entre las partes desde el diálogo. El 21 de noviembre del 2000 fue asesinado por ETA en el aparcamiento de su domicilio en la capital catalana tras ser sorprendido por los terroristas cuando regresaba de impartir sus clases en la Universidad de Barcelona.
Rosa Lluch, hija del exministro socialista de Sanidad, el socialista Ernest Lluch, asesinado por ETA hace 25 años, ha considerado que «ser víctima de ETA en Barcelona probablemente fuera más fácil o más llevadero» que en Euskadi, porque «al día siguiente la sociedad se volcó en la condena del asesinato» de su padre.
En una entrevista a Radio Euskadi, recogida por Europa Press, Lluch ha dicho que, como víctima, «reconforta ver que 25 años después tanta gente sigue recordando y echando de menos» a su padre, porque «ayuda a hacer más llevadero el dolor». Asimismo, ha reconocido que la decisión de ETA de abandonar las armas fue para ella «un punto de inflexión fundamental», porque suponía «tener la seguridad que nadie volvería a pasar» por lo que ella había pasado, aunque ha considerado que «todavía queda mucho por hacer para conseguir una tranquilidad, pero todo llegará, yo soy optimista».
Sobre el día del asesinato de su padre, ha afirmado que «te marca porque hay un antes y un después, porque alguien ha decidido en frío, alguien ha planeado y alguien ha llegado a ejecutar un asesinato y, de golpe, te quedas sin padre». Por otra parte, ha añadido que «la reacción de la sociedad catalana, que fue mayoritariamente de pesar, de incomprensión, de condena a su asesinato, nos hizo sentir muchísimo más acompañadas».
«Esa es otra distinción, ser víctima de ETA en Barcelona probablemente fuera más fácil o más llevadero, porque al día siguiente la sociedad se volcó en la condena del asesinato de Ernest Lluc», ha reconocido, para recordar que a los dos días de su asesinato en Barcelona hubo «una inmensa manifestación en la que muchísima gente llevaba carteles donde ponía diálogo, que los han hecho ellos en su casa». «Allí no se repartieron carteles y había gente que los llevaba pintados con rotulador y había gente que los había impreso y se vió que ese día había una clara mayoría social a favor del diálogo y a favor de que esta violencia de ETA tenía que acabar porque había sido intolerable desde el minuto cero, pero era intolerable que siguiera matándose gente en el siglo XX o en el siglo XXI por unas supuestas ideologías políticas cuyos objetivos quizás se podrían conseguir por otras vías».
Es tal el cinismo de Perro Sánchez que dice lo de Lluch a la vez que pacta y se apoya en los Bilduetarras, que ni condenan los delitos de ETA ni colaboran en el esclarecimiento de los cientos de asesinatos, y otros delitos, pendientes de esclarecer.