La tumba de la actriz Romy Schneider, enterrada en el cementerio de Boissy sans Avoir, en la periferia sur de París, fue profanada con el levantamiento y el desplazamiento de la lápida, aunque no hay indicios de que haya sufrido saqueo.
Fuentes de la investigación citadas este lunes por los medios locales señalaron que la profanación se produjo probablemente el pasado fin de semana.
En concreto, se descubrió que la lápida ya no estaba sellada y que había sido movida de su ubicación original, aunque tras un primer examen no había señales de que faltara nada en su interior.
Romy Schneider, actriz nacida en Viena y nacionalizada francesa después de desarrollar buena parte de su carrera en Francia, fue encontrada muerta en su domicilio de París en mayo de 1982, a la edad de 43 años.
Había saltado a la fama muy joven gracias a su papel como «Sissi» y en años posteriores dio un giro a su carrera y dejó atrás la imagen de romántica emperatriz.
Tuvo actuaciones destacadas en películas como «El proceso», de Orson Welles, «El cardenal», de Otto Preminger, «Lo importante es amar», de Andrzej Zulawski, «Una vida de mujer», de Claude Sautet, o «La piscina», de Jacques Deray junto a Alain Delon, con quien mantuvo una relación sentimental.
Romy Schneider estuvo casada en dos ocasiones, con el director de cine alemán Harry Meyen, con quien tuvo un hijo, David, que murió accidentalmente en julio de 1981 cuando tenía 14 años.
En 1974 se divorció de Meyen y posteriormente contrajo matrimonio con el también cineasta Daniel Biasini, con quien tuvo una hija, Sarah.