La demolición de un edificio en Baltimore acabó con el derribo por error del la edificación colindante.
Un equipo de demolición estaba realizando unos trabajos para derribar un edificio que se encontraba en estado ruinoso. Los trabajos se llevaron a cabo por medio de una excavadora que iba destruyendo con la pala el inmueble, mientras un operario se encargaba de humedecer la zona para que el polvo se extendiera.
Los trabajos parecían controlados, hasta que uno de los movimientos de la excavadora provocó la caída de una pared de ladrillos, que se desplaza sobre el edificio de al lado.
Se trataba de una lavandería, que a causa del peso de la pared que se le cayó encima provocó que el segundo piso se derrumbara de golpe.