La siesta es una necesidad fisiológica y no una costumbre, según han subrayado expertos de la Cátedra de Investigación del Sueño de la UGR-Grupo Lo Monaco al recopilar diversos estudios dedicados a clarificar los beneficios de dormir tras la comida.
«Si la siesta es costumbre o tiene realmente alguna utilidad evaluable está llevando a diversos teóricos en la materia del descanso y el sueño en general a evaluar los posibles beneficios o perjuicios de la misma», ha indicado el miembro de la cátedra mencionada, el doctor Alejandro Guillén Riquelme.
Entre los estudios recopilados se encuentra uno de la Universidad de Atenas (Grecia), que ha concluido que dormir la siesta ayuda a protegerse contra el estrés y las enfermedades cardiovasculares.
Además, según el doctor James Maas, de la Universidad de Cornell (Estados Unidos), ha especificado que la siesta estimula la creatividad, relaja las tensiones laborales y aumenta el rendimiento de los trabajadores.
«El hombre es un animal bifásico y en el ecuador de la jornada sufre una caída en los niveles de atención y de las constantes vitales. La única manera de combatirla es con un sueño, preferiblemente breve y ligero, pero suficiente para paliar nuestro déficit de horas de descanso», ha explicado Maas.
Otras investigaciones han apoyado que la siesta favorece el rendimiento intelectual, la capacidad psicomotriz y disminuye la sensación subjetiva de somnolencia.
Una investigación de Harvard (Estados Unidos) también se mueve en esta línea. Varios investigadores han analizado las destrezas de memoria y aprendizaje de dos grupos de voluntarios, uno de los cuales durmió siesta. Se ha concluido que su desempeño era significativamente mejor y que una siesta podría ser tan beneficiosa como el sueño nocturno.
El mismo estudio también ha mostrado que la siesta puede prevenir el bruxismo, apretar los dientes durante el sueño; la narcolepsia, excesiva somnolencia diurna, e incrementar las habilidades y la capacidad de concentración.
A pesar de que los tópicos dictan que en la Península Ibérica al completo la siesta es norma, un estudio sobre los problemas del sueño en Europa de la Universidad de Ratisbonne (Alemania) ha concluido que sólo el 9 y el 8 por ciento de los portugueses y españoles, respectivamente, se declaran incondicionales de la siesta.
Por el contrario, el estudio ha arrojado que el 22 por ciento de los alemanes reconocen dormir la siesta al menos tres veces a la semana; el 16 por ciento de los italianos reconocen hacerlo y los británicos lo afirman en un 15 por ciento.
Por otro lado, el estudio 'Sueño Saludable' de la Sociedad Española del Sueño manifiesta que casi el 60 por ciento de los españoles aseguran no dormir nunca la siesta. Sólo un 16 por ciento de los encuestados lo hacen a diario, más frecuentemente en mayores de 35 años.
La Cátedra de Investigación del Sueño de la UGR-Grupo Lo Monaco recomienda que para que la siesta sea beneficiosa para la salud ha de hacerse en un entorno tranquilo y relajado, un dormitorio mejor.
El tiempo nunca debe superar entre los 15 y los 30 minutos y una hora y debe establecerse un horario y seguir una rutina, además de evitar elementos perturbadores o aparatos electrónicos.